ESTAMOS CRIANDO NIÑOS FRÁGILES

Los padres se están yendo a extremos absurdos para que sus hijos no tengan ningún inconveniente, decepción, problema o angustia en sus vidas. Sin embargo, esa extrema preocupación parental lo que está logrando no es que los niños no sean más capaces de enfrentar los desafíos sino más frágiles e incompetentes. Posiblemente por esta razón muchos de ellos están teniendo más problemas que nunca.

Hoy muchas cosas están diseñadas para proteger a los niños: desde cascos para que no se golpeen en caso de que se caigan del triciclo a los 3 años, hasta la superficie abullonada del piso en el jardín infantil para que no se vayan a raspar la rodilla si se tropiezan. Además, sus padres juegan con ellos y los entrenan para que sean buenos deportistas y se destaquen como los mejores. Son pocos los padres y madres que están sentados conversando y permitiendo que los hijos se las arreglen solos.

Además, los pequeños van al colegio cubiertos de antisolar y de gel desinfectante porque tienen que utilizar los baños comunes. Y los niños de secundaria llevan excusas médicas de un terapeuta de aprendizaje para que les otorguen más tiempo para terminar los exámenes para que puedan hacerlos con mucho cuidado y tener resultados sobresalientes.

Los esfuerzos de los padres para que sus hijos no tengan ningún problema, ni que se angustien por no ser los jugadores más destacados, ni que sean los más populares entre sus compañeros, ni sufran porque no tienen lo mismo que todos son absurdos. Lo cierto del caso es que con tantas ambiciones, temores y expectativas no protegemos a los niños… sino que lo que logramos es que vivan más angustiados e inconformes

Son absurdos los esfuerzos de los padres para que sus hijos no tengan problemas, ni sean los más populares, ni sufran porque no tienen lo mismo que todos.