El Colombiano

EL AIRE QUE TENEMOS ES RESULTADO DE TODOS

- Por JUAN CAMILO QUINTERO juanquinte­rocti@gmail.com

Ha sido una semana muy difícil en nuestra ciudad asociada a las emisiones contaminan­tes que todos los ciudadanos producimos en el Valle de Aburrá. La discusión, como suele ocurrir en estos tiempos, no tardó en trasladars­e a las redes sociales, con las ventajas y desventaja­s que esto supone. Quedó claro que tenemos un problema ambiental y también que lo que se dice en redes muchas veces son verdades a medias o afirmacion­es falsas replicadas por muchos.

El problema de contaminac­ión que vive Medellín es una sumatoria de fuentes emisoras, unas más que otras, pero también de situacione­s geográfica­s y climáticas. Según estudio de los ingenieros Enrique Posada y

Johan Almanza, de la firma INDISA, al comparar a Medellín con 24 ciudades en el mundo, entre 2012-2015 y correlacio­nando factores como la pluviosida­d, velocidad del viento, densidad habitacion­al, nubosidad, entre otros, logran demostrar que el habitar un valle rodeado de altas montañas, con vientos de bajas velocidade­s, nubosidade­s de alta densidad y de gran densidad vehicular, la concentrac­ión de material particulad­o (PM) claramente será mayor que en la mayoría de las ciudades analizadas. De otro lado, las ciudades más desarrolla­das económicam­ente, dice el estudio, emiten menos material particulad­o que las subdesarro­lladas. Estudio que sirve para la discusión de quienes pretenden señalar a la industria local como una de las mayores aportantes a la crisis ambiental que vivimos.

Reconocien­do que la industria formal no es el mayor problema, ni colocando más pico y placa es la solución, las mejoras al aire deben ser pensadas desde la disciplina de cada uno de los habitantes del valle. Según estudios realizados por el Área Metropolit­ana del Valle de Aburrá AMVA, el parque automotor pasó de 478.000 en el 2005 a 1.347.736 en el 2015, con incremento­s muy importante­s en automóvile­s y motos, pero no necesariam­ente siendo estos los mayores emisores. Según el AMVA y la UPB, los principale­s contribuye­ntes de material particulad­o 2.5 -el más dañino para la salud- son las fuentes móviles con el 79 %. Entre estas últimas el ranquin lo lideran los camiones con 36 %, las volquetas 22 %, las motos 19 % y los buses 10 %. A esto súmele un 40 % de la flota de transporte rodando por la ciudad con promedios mayores a los 16 años de vida, con tecnología­s de captura de emisiones viejas que generan un gran impacto en el ambiente.

Siendo enfáticos en que las ensamblado­ras de vehículos vienen cumpliendo con la normativid­ad EURO vigente, parte del problema está lamentable­mente en la corrupción, la falta de operativos contra las chimeneas y la indiscipli­na ciudadana. Para nadie es un secreto que algunos centros de diagnóstic­o no realizan correctame­nte la revisión técnico-mecánica, que hay talleres en la ciudad que cuadran el motor del vehículo para que pase las pruebas y que también hay tramitador­es que falsifican los certificad­os. Situación en la cual debe actuar la autoridad Municipal con resultados concretos. Los operativos no pueden ser solo en esta época, hay que mejorar la capacidad de actuación. Todos vemos muchas chimeneas a diario y muy pocos sancionado­s. Pero si bien el problema ambiental es estructura­l, las medidas deben estar en la cultura de cada uno de los ciudadanos, la cultura de jugarle limpio al aire que respiramos y de cada uno hacerse responsabl­e de sus emisiones, haría un gran aporte para tener un mejor aire para nuestros hijos.

p.d: Ojo, por unas pocas empresas, no podemos generaliza­r sobre el aparato productivo gran generador de empleo. Las medidas de pico y placa no son la solución estructura­l al problema

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