MADRID, CAPITAL LATINA
Madrid es ya la Miami europea. La capital de Iberoamérica a este lado del charco. Los latinoamericanos comienzan a regresar en masa y esta vez no para trabajar en la construcción, el reparto o la mensajería. La mayoría de los nuevos latinos llegados a España son jóvenes con estudios superiores y universitarios. Kathy es uno de ellos. La encuentro en el gimnasio, dándole duro a las pesas y al cardio no sé muy bien con qué objetivo, ya que a sus 32 años luce espectacular, rutilante como la protagonista de “Despacito”, el hit de Luis Fonsi y Daddy Yan
kee que arrasa a ambos lados del Atlántico. Poco más va a mejorar porque eso va en los genes, pero ella se castiga. Kathy es venezolana, caraqueña para más señas, y el olor de su sudor ha de ser adictivo porque en apenas unos minutos hay una cohorte romana de gladiadores dispuestos a mostrar músculos por doquier como en pelea de gallos. Impasible, sigue a sus rutinas. Llegó hace unos meses con estatus de refugiado y trata de labrarse un futuro en España para ella y para su pequeña de ocho años. Kathy es uno de los miles de venezolanos que acaban de mudarse a España aprovechando la concesión de estos visados.
Madrid se ha convertido en la región europea que acoge a más inmigrantes venezolanos. La cifra ascendió a 15.345 personas, el 28 % de todos los venezolanos que residen en España. Solo en el último año, el número de personas procedentes del país caribeño que han elegido la capital española se incrementó en un 20 % respecto a los llegados en 2015, cuando la nacionalidad venezolana ya fue la que más aumentó en Madrid en términos relativos; con un 19,4 % de crecimiento. De todos ellos, 3.960 llegaron a España como refugiados. De las 15.755 peticiones de asilo recibidas en España en 2016, la mayoría procedieron de Venezuela, quedando Siria (2.975) y Ucrania (2.570) en segundo y tercer lugar pese a ser zonas de guerra, según leo en La Razón.
Con los muchos estudiantes y profesionales que llegan viene también un menos nutrido pero muy importante grupo de empresarios que ha decidido mover sus inversiones de Venezuela, Latinoamérica e incluso EE. UU. ante la inseguridad política y jurídica. Madrid es un excelente refugio para el dinero latinoamericano, pues hasta la gobernante extrema izquierda probolivariana que gobierna (por poco tiempo) el ayuntamiento de la capital española está encantada con la entrada de capitales foráneos. Los movimientos se están dejando notar tanto en el sector inmobiliario como en la restauración, con la apertura de varios locales de primer nivel de sello venezolano. La prueba de que la categoría de estos nuevos inmigrantes es otra es cómo están disparando los precios de los barrios de La Castellana, Salamanca y Chamberí, entre los más exclusivos del centro de la ciudad. De hecho, aunque no se conoce la nacionalidad del comprador, se acaba de batir el récord de una vivienda en Madrid, casi 14 millones de euros por un ático de 800 metros cuadrados en el complejo de superlujo Lagasca 99, muy cerca del Parque del Retiro, uno de los muchos pulmones de Madrid, que ha sido adquirido al 50 % por españoles y latinoamericanos.
Hastiados de la amenaza diaria, de los atracos y secuestros exprés, sin medicamentos en el 95 % de los hospitales y con una inflación del 150 %, los venezolanos que pueden han decidido ‘exiliarse’ y venirse a Madrid. Aquí tienen no menos de una decena de restaurantes de moda, en una ciudad donde la gastronomía y la noche bulle ya a mayor ritmo que en Nueva York y Londres.
Mientras, Maduro y sus secuaces siguen perpetrando el mayor latrocinio de la historia venezolana hasta agotar los recursos del país. Cuando eso ocurra, y no queda mucho, todos los venezolanos con la capacidad y formación para cambiar el país estarán en España. Maduro y los suyos deberán hacer frente a la ira de los desharrapados a los que ya no pueden seguir comprando. Esos no tendrán piedad