MEDIO AMBIENTE Y DEBERES CIUDADANOS
El jueves pasado se decretó la alerta roja por la contaminación del aire en el Valle de Aburrá. Los registros de monitoreo de la calidad del aire evidenciaron un aumento significativo de material particulado PM2.5, lo que obligó a las autoridades a tomar una serie de medidas restrictivas de movilidad de vehículos. Tras la evaluación de los resultados hecha el sábado se extendieron una semana más algunas de las medidas restrictivas.
Son disposiciones drásticas que ha tomado esta administración para enfrentar una situación ambiental crítica y para definir, a partir de los resultados observados, qué se debe hacer en adelante. La gravedad de la situación nos obliga como ciudadanos a contribuir en la implementación de las alternativas que se propongan.
El problema es la contaminación ambiental producida por el hombre. Las industrias y los vehículos con motores de combustión interna generan gases causantes de efecto invernadero (GEI). El problema que Medellín tiene hoy lo tuvo Londres con la contaminación por gases de 1860 a 1960, cuando fue llamada “la gran nube de humo”. El sol apenas penetraba la atmósfera, las plantas y los animales morían y las enfermedades pulmonares aumentaron. Actualmente China emite más dióxido de sulfuro que cualquier otro país en el mundo y esto asfixia a las personas, produce lluvia ácida y daña la vida. La llamada “nube marrón asiática” es una capa de aire contaminado que con frecuencia cubre partes del sur de este continente, oscureciendo el sol en algunas de sus ciudades.
En la discusión a nivel global sobre el cambio climático hay dos posiciones radicalmente opuestas. De un lado, los ambientalistas que han promovido el Protocolo de Kioto, sostienen que, “existen evidencias claras y convincentes de que las emisiones de gases causantes de efecto invernadero producidas por la actividad humana están provocando cambios significativos en el clima” (PO-2015). De otro lado, científicos y políticos vinculados con las industrias extractiva y automovilística afirman que es falsa la tesis, según la cual el dióxido de carbono es la causa del cambio climático, que es originado por el hombre y que es un contaminante.
En el caso del Valle de Aburrá, aunque hace falta más investigación científica para comprender los fenómenos climáticos, las mediciones hechas muestran que la niebla tóxica es producida por los gases que producen los carros y las industrias (puede haber otras causas). Para contrarrestar esto, ya lo han dicho otros, las empresas deben reducir sus emisiones de GEI y deben prohibirse nuevas industrias que las generen en exceso. Hay que fomentar el uso de la bicicleta, los vehículos eléctricos, destinar una avenida de norte a sur para uso exclusivo de ciclistas y peatones, con ciclovías alimentadoras. Una apelación: ¡universitarios en bicicleta! Es necesario mantener el pico y placa de seis dígitos. Controlar y limitar la adquisición de carros y motos para evitar que esta norma sea inocua. Mantener la restricción de circulación para los camiones y volquetas. Se deben implementar estas y otras propuestas buscando minimizar los costos, pero teniendo presente que estos son inevitables
Hay que fomentar el uso de la bicicleta y destinar una avenida para uso exclusivo de ciclistas y peatones.