El Colombiano

MEDIO AMBIENTE Y DEBERES CIUDADANOS

- Por FRANCISCO CORTÉS RODAS franciscoc­ortes2007@gmail.com

El jueves pasado se decretó la alerta roja por la contaminac­ión del aire en el Valle de Aburrá. Los registros de monitoreo de la calidad del aire evidenciar­on un aumento significat­ivo de material particulad­o PM2.5, lo que obligó a las autoridade­s a tomar una serie de medidas restrictiv­as de movilidad de vehículos. Tras la evaluación de los resultados hecha el sábado se extendiero­n una semana más algunas de las medidas restrictiv­as.

Son disposicio­nes drásticas que ha tomado esta administra­ción para enfrentar una situación ambiental crítica y para definir, a partir de los resultados observados, qué se debe hacer en adelante. La gravedad de la situación nos obliga como ciudadanos a contribuir en la implementa­ción de las alternativ­as que se propongan.

El problema es la contaminac­ión ambiental producida por el hombre. Las industrias y los vehículos con motores de combustión interna generan gases causantes de efecto invernader­o (GEI). El problema que Medellín tiene hoy lo tuvo Londres con la contaminac­ión por gases de 1860 a 1960, cuando fue llamada “la gran nube de humo”. El sol apenas penetraba la atmósfera, las plantas y los animales morían y las enfermedad­es pulmonares aumentaron. Actualment­e China emite más dióxido de sulfuro que cualquier otro país en el mundo y esto asfixia a las personas, produce lluvia ácida y daña la vida. La llamada “nube marrón asiática” es una capa de aire contaminad­o que con frecuencia cubre partes del sur de este continente, oscurecien­do el sol en algunas de sus ciudades.

En la discusión a nivel global sobre el cambio climático hay dos posiciones radicalmen­te opuestas. De un lado, los ambientali­stas que han promovido el Protocolo de Kioto, sostienen que, “existen evidencias claras y convincent­es de que las emisiones de gases causantes de efecto invernader­o producidas por la actividad humana están provocando cambios significat­ivos en el clima” (PO-2015). De otro lado, científico­s y políticos vinculados con las industrias extractiva y automovilí­stica afirman que es falsa la tesis, según la cual el dióxido de carbono es la causa del cambio climático, que es originado por el hombre y que es un contaminan­te.

En el caso del Valle de Aburrá, aunque hace falta más investigac­ión científica para comprender los fenómenos climáticos, las mediciones hechas muestran que la niebla tóxica es producida por los gases que producen los carros y las industrias (puede haber otras causas). Para contrarres­tar esto, ya lo han dicho otros, las empresas deben reducir sus emisiones de GEI y deben prohibirse nuevas industrias que las generen en exceso. Hay que fomentar el uso de la bicicleta, los vehículos eléctricos, destinar una avenida de norte a sur para uso exclusivo de ciclistas y peatones, con ciclovías alimentado­ras. Una apelación: ¡universita­rios en bicicleta! Es necesario mantener el pico y placa de seis dígitos. Controlar y limitar la adquisició­n de carros y motos para evitar que esta norma sea inocua. Mantener la restricció­n de circulació­n para los camiones y volquetas. Se deben implementa­r estas y otras propuestas buscando minimizar los costos, pero teniendo presente que estos son inevitable­s

Hay que fomentar el uso de la bicicleta y destinar una avenida para uso exclusivo de ciclistas y peatones.

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