Jacobo ríe y disfruta ahora en su nueva silla
Gracias a la solidaridad de los lectores de EL COLOMBIANO, este joven pudo competir en los Juegos Parapanamericanos de Sao Paulo.
Antes de partir a Brasil, a competir en los Juegos Parapanamericanos Juveniles, Jacobo Carmona no paraba de pensar en el 22 de marzo, día en el que competiría, por primera vez como deportista de alto rendimiento.
Pero los nervios no eran solo por su debut en el boccia: tenía miedo de llegar a la competencia en desventaja sin siquiera comenzar, pues la silla de ruedas que tenía no le permitía dar lo mejor de sí.
“Jacobo tiene una silla de ruedas clínica con la que se cansa muy fácil por los movimientos que debe hacer. Él necesita una de características deportiva con la que pueda jugar en Sao Paulo”, contó Edwin Carmona, papá del menor, quien meses atrás había emprendido la búsqueda de una para su hijo luego de que la EPS a la que se encuentran afiliados se las negara.
Por esa razón, y agotando todos los recursos que tenían, la familia de este talentoso deportista de 13 años con parálisis cerebral, acudió a la solidaridad de los paisas para que le prestaran, o alquilaran, una silla en la que Jacobo pudieraa participar en las justas ha- ciendo parte de la delega- ción colombiana.
El llamado tuvo sus fru- tos. Gracias a una publicación que EL COLOMBIANO realizó el pasado 7 de mar- zo, Jacobo consiguió la silla.
Dice Edwin que, tras laa publicación, recibió un sin- número de llamadas de per- sonas interesadas en contribuir a la causa de su hijo y fue así como conoció a Guillermo Hoyos, un ingeniero de sistemas que lo buscó y le brindó su apoyo.
“Yo tengo dos hijos deportistas y cuando leí la publicación me puse en los zapatos de Edwin, no quería que su hijo dejara de cumplir su sueño por no tener una silla adecuada. Decidí, entonces, ayudar”, expresó Hoyos.
La familia del deportista se puso en la tarea de cotizar el implemento y el 9 de marzo, con Guillermo a su lado y una sonrisa dibujada en su rostro, Jacobo recibió su nueva “compañera” para la competencia.
Y aunque en Sao Paulo no pudo luchar por las medallas en su categoría ( BC1 individual -deportistas que lanzan con manos o pies y necesitan la ayuda de un asistente-), pues perdió dos encuentros (6-1 con Brasil y 3- 1 ante Argentina) y ganó tres ( Perú, 6- 0; Ecuador, 71; Venezuela, 10- 1), sí celebró con entusiasmo las cuatro preseas de sus compañeros de equipo sobre su nueva silla dorada, como el color de sus sueños de colgarse una medalla