Antioquia une fuerzas para salvar el recurso hídrico
Cuidar las cuencas desde su nacimiento garantiza que el agua no se agote y que se contamine menos.
Tan complejo como cuidar el aire, es proteger el agua, un tema prioritario para Medellín y para el departamento de Antioquia, que en sus principales cuencas suma 679.532 hectáreas de aguas superficiales y 415.039 hectáreas de acuíferos o aguas subterráneas, siendo una de las zonas más ricas del país en el recurso, del cual Colombia es potencia a nivel mundial.
Con un total de cerca de 1.200 ríos que tiene el país, las regiones con más disponibilidad de agua son Amazonía (39 %) y Orinoquia (27 %). Las cuencas del Magdalena y el Cauca, en las que está Antioquia, constituyen el 13 %, pero es la zona que concentra mayor población (66 % del total), por lo cual la demanda de agua es más alta, según el documento Evaluación de la Huella Hídrica del río Porce (2013), publicado por 19 entidades, entre las que se cuentan el Área Metropolitana, Corantioquia, Cornare, la Alcaldía de Medellín y EPM.
Un estudio del Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia revela que mientras la cuenca del Amazonas presenta una oferta anual año medio de 893.389 Mm3 y anual año seco de 576.442 Mm3 (millones de metros cúbicos), la cuenca del
Magdalena Medio tiene un caudal año medio de 3.199 m3/s y una oferta año medio de 100.886 Mm3. La del Cauca es de 1.581 m3/s y una oferta año medio de 49.862 Mm3.
Tales cantidades del recurso imponen retos. Antioquia tiene una población de 6’534.764 habitantes, 3’821 797 ubicados en el área metropolitana, según censo de 2005 proyectado a 2013. El reto es suministrar el líquido al total de habitantes y para ello las instancias encargadas de velar por el recurso trabajan en alianza y, en muchos proyectos, de manera independiente, cada una con metas propias.
La Secretaría del Medio Ambiente de la Gobernación, mientras valora la buena disponibilidad de agua, admite amenazas, como las descargas
de aguas domésticas e industriales, el uso indebido de agroquímicos, la falta de sistemas de tratamiento, las descargas residuales de la minería y otras acciones que afectan directamente su disponibilidad para el consumo.
“Hoy es imperativo que cuidemos el recurso hídrico, que es vital para la existencia y el desarrollo de la sociedad, y por eso, con el proyecto BanCO2, les pagamos a las familias campesinas por cuidar y proteger los recursos, a modo de compensación”, señala la secretaria del Medio Ambiente departamental, Lucy Rivera.
Su dependencia inició este proyecto en asocio con Cornare para beneficio de 1.009 familias del Oriente, con inversiones por $ 2.600 millones. El reto principal es