“Hay que descubrirle el poder a la paz”: Grabe
17 años después de la desmovilización del M-19, su experiencia es espejo para las Farc.
Vera Grabe dejó las armas en 1990, cuando el M-19 decidió dejar atrás la lucha armada y apostar por las transformaciones políticas que, creían entonces, el país necesitaba. Desde eso ha ejercido la política y más recientemente como directora del Observatorio para la Paz.
EL COLOMBIANO habló con ella acerca del proceso de transición que vive el país.
Con su experiencia, ¿usted cree que es bueno para el país que los militares sean juzgados por el mismo tribunal que va a juzgar a las Farc?
“A los militares no les gusta que se les ponga en la misma simetría, son cosas distintas, además, porque tienen otros niveles de responsabilidad, un militar representa al Estado, un guerrillero es un rebelde”.
Hablando de memoria, ¿cómo se siente frente a la responsabilidad del M-19 en la toma del Palacio de Justicia y la memoria frente a ese hecho?
“Yo creo que la memoria no es una cosa neutral, tú puedes hacer una memoria para seguir metiéndole sal a la herida y puedes hacerla para la comprensión, lo que no quiere decir que no haya responsabilidad. En cada aniversario del Palacio yo me desaparezco, porque cada año es para buscar culpables, obviamente es importante el esclarecimiento y la verdad, pero hay mucha mani- pulación en esos hechos, entonces los puedes utilizar para polarizar, para generar rabia y odio o los puedes utilizar para una comprensión histórica, esos hechos se dieron en un momento, en un contexto y con una intención política y lo más grave es que se manipularon para tergiversarlos y acabar diciendo que el M-19 fue un empleado de los narcos, eso es mentira, fue un acto político, independiente de los errores”.
¿Y es probable que eso mismo ocurra con las Farc?, muy pronto se conmemorarán los 15 años de Bojayá...
“Pero sí ha habido actos de perdón, de reconciliación, hay que mirar con qué perspectiva se abordan las cosas”.
¿Cómo ve el futuro político de las Farc?
“Depende, no solo de ellos sino de otras fuerzas, de lo que está pasando en el país, del discurso que ellos manejen, de cómo se paran, de dónde ubican su acción: si es regional, si es nacional. Obviamente hay una parte del país que no los quiere, pero también hay gente para la que que de pronto ellos pueden ser una alternativa política”.
Dicen que viene lo más difícil, desde su experiencia, ¿qué es lo que viene?
“El proceso nuestro fue muy distinto, para nosotros fue relativamente fácil, el país nos recibió bien, no había estos niveles de polarización, había un ambiente distinto. Pizarro tuvo la
visión y la claridad de hacer la negociación a tiempo. Lo más difícil será poner a funcionar todos los procesos de implementación en términos de la reintegración, la política, la reconciliación del país, el manejo de otros actores que se están activando en zonas donde las Farc ya no son poder”.
¿Cuál fue el éxito de la negociación con el M-19?
“Que no fue un proceso tan largo, que el M-19 era más chiquito, era una organización de alto impacto pero en términos de cantidad era más movimiento que estructura, y era un contexto político diferente, la misma gente nos fue diciendo que te-
níamos que ir a la paz, y la gente nos apoyó, nosotros dejamos las armas un 9 de marzo y yo fui elegida a la Cámara con 19.000 votos en tres días, y no era yo, era todo un fenómeno político, y después vino todo el ambiente que se dio en torno a la Constituyente que fue importante, ahí se dieron transformaciones profundas”.
¿Cuando estaban en la confrontación el ideal era lo que lograron políticamente?
“El M-19 tenía una ventaja: que era una organización que buscaba cosas viables, tenía claridad, su lucha era por la democracia y yo creo que la constitución fue un paso histórico,
fue una gran revolución, no se cambiaron todas las cosas pero este país sí se movió en otra dirección y en esa medida no hay frustración”.
¿Qué es lo que usted ve que quieren las Farc?
“Yo creo que las Farc han ido aterrizando en el país y en la política real, porque obviamente ese sueño que seguramente tenían no es real, porque el mundo cambió. Yo pienso que deben estar haciéndose la pregunta de qué tipo de política hacen, qué implicaciones tiene eso, de todas maneras el acuerdo es un acuerdo realista, no busca resolver todos los problemas de la nación sino cosas que para ellos
“Valoremos la paz que vamos logrando”. VERA GRABE Directora del Observatorio de Paz
y para el Gobierno son estratégicas, ya el tema es cómo construyen su discurso político, cómo se conectan con la población, cómo asumen esto”.
¿Cree que los dirigentes de las Farc lleguen al poder?
“Yo creo que todo el que hace política quiere poder, pero depende cómo te ubiques frente al poder, si es como oposición, como gobierno o como alternativa, una cosa es lo que uno aspire y otra lo que uno logre en un país tan complejo como Colombia”.
¿Cree que las negociaciones con el Eln van a conducir a un acuerdo?
“Tienen que llegar, pero tienen todas las complejidades que vemos todos los días, porque están atravesados por actos, por decisiones, por gente que no quiere, falta de consenso interno, uno aspiraría que estén listas pronto, pero no sé en cuánto tiempo”.
¿Considera que las condiciones van a estar dadas en pleno año electoral?
“Eso a veces puede acelerar, en el caso del M-19 eso aceleró porque se buscó armonizar las negociaciones con las elecciones”.
¿Si hubiera un acuerdo con el Eln podríamos decir que Colombia vivirá en paz?
“Tenemos que bajarnos de la idea de esa paz absoluta, eso no existe, uno de los problemas que tenemos es que a veces no valoramos la paz que hemos construido sino que siempre la estamos buscando en lo que falta. Es cierto que hay otros actores que generan violencia, que están buscando copar espacios, pero es un avance. Valoremos la paz que vamos logrando”.
¿El Gobierno debería iniciar una negociación con las bandas criminales?
“La rebeldía política es una cosa independiente de todas las radicalizaciones y todos los actos, pero uno diría que ahí hay otro fondo. No se puede negociar con todo el mundo”