SI LOS VALORAMOS SE SIENTEN AMADOS
La Academia Americana de Pediatría fue la cuarta de seis de las asociaciones médicas profesionales más prestigiosas del mundo, que emitió un comunicado recomendando que los niños menores de 2 años nunca vean televisión y que ningún menor de edad, cualquiera que sea su edad, tenga televisor, tableta o computa- dora en su habitación.
Los perjuicios ocasionados por la violencia, el terror, la vulgaridad o el sexo explícito a que están expuestos los niños hoy, no fueron la única razón para esta drástica recomendación. Los pediatras basaron su opinión en “el conocimiento que tienen sobre lo que necesitan los niños para que se desarrollen emocional y mentalmente sanos, como es una estrecha interacción con los adultos a su alrededor”, dice el informe.
Por exagerada que parezca la recomendación de los expertos, no es exagerado asegurar que una gran cantidad de afecto y atención personal de sus padres y seres más queridos, sobre todo en los primeros años de vida, es tan vital para el bienestar emocional de los niños como lo es el oxíge- no que respiran para su bienestar físico. Pero gracias a que hoy, desde la infancia, nuestra presencia en la vida de los hijos se sustituye con toda suerte de actividades, entretenimientos y también “conectándolos” al iPad, el celular, Internet y demás opciones que nos permiten mantenerlos tranquilos y callados, con mucha frecuencia estamos física pero no emocionalmente presentes aun cuando estemos a su lado. Sin embargo, lo que así estamos logrando es que los niños se aíslen y vivan conectados a máquinas que los aíslan, de manera que no se percatan de sus carencias afectivas, ni aprendan a establecer vínculos afectivos sólidos con quienes les rodean.
Cuando los padres valoramos profundamente a los hijos ellos se sienten valiosos; cuando los amamos se sienten queridos y cuando los respetamos se sienten importantes. Con razón afirmó el filósofo alemán Goethe que “da más fuerza saberse amado que saberse fuerte: la certeza del amor de sus padres y sus demás seres queridos hace a los hijos invulnerables”
Cuando valoramos a los hijos se sienten valiosos y cuando los respetamos se sienten importantes.