ENTRE VECINOS
Keren plantea un desafío bien original y pertinente: pensar en justicia transicional comunitaria.
“Nos debemos unir en la tarea de imaginar un mundo diferente. No es fácil, estamos acostumbrados, o más bien, nos han acostumbrado, a pensar en términos de guerra, pero la paz necesita que todos hagamos algo”. La frase es de Keren Xiomara Marín y la escuchamos durante nuestra Asamblea General que, valga decirlo, no fue un encuentro tradicional. En esta ocasión, y por primera vez, se entregó el Premio a la Investigación Social, Nicanor Restrepo Santamaría. Además de Keren, estuvieron otras dos investigadoras premiadas.
El proceso de exaltar los estudios sociales, como el mejor homenaje permanente a Nica
nor Restrepo, convocó a quienes trabajaban en el país en construcción de ciudadanía, paz y desarrollo; movilidad social y desigualdad; y desarrollo de capacidades institucionales. Veintiséis (26) trabajos con respaldo de universidades como la de Antioquia, Nacional, Eafit, Luis Amigó, Remington, Católica del Norte, Libre, Arizona y varias fundaciones, son muestra del interés por temas trascendentales para la convivencia y la construcción de país, en y desde las comunidades mismas.
Seis investigaciones, todas lideradas y sustentadas por mujeres, con hallazgos y propuestas valiosas, pasaron a la evaluación final. Tres fueron seleccionadas por su metodología rigurosa, por tener iniciativas concretas y aplicables a nuestras realidades. Hacia un nuevo campo colombiano. Reforma rural integral, de Isabel Cristina
Ruiz; Características sociodemográficas y circunstanciales de las lesiones fatales y no fatales ocurridas en Antioquia durante 2014, sustentada por Ta
tiana Espinoza en nombre de la Universidad Remington y el Instituto Nacional de Medicina Legal; y Entre vecinos: lógicas de la victimización horizontal en la Sierra de la Macarena 2000 – 2014, de Keren Xiomara
Marín, quien ocupó el primer lugar. Las otras dos, tuvieron un reconocimiento especial.
Keren es una joven de 24 años, Politóloga de la U. de A. y estudiante becada de Maestría en Antropología, en Los Andes. Su objetivo era entender en el contexto de guerra hace 60 años, de La Macarena, particularmente, por qué los civiles no son solo víctimas, sino que a su vez pueden ser, victimarios, espectadores y sobrevivientes. Victimización horizontal como producto de la naturalización y racionalización de la violencia en la población civil, que se expresa en una frase muy común y moralmente lamentable: “si lo mataron fue por algo… el que nada debe, nada teme”.
Victimización horizontal instigada a su vez por los actores armados y que suele obedecer a dos dinámicas: fractura intencionada de las comunidades (el pueblo es a la guerrilla como el agua al pez) o al involucramiento de las comunidades para legitimar acciones y decisiones.
Partiendo de ese estudio, Keren plantea un desafío bien original y pertinente: pensar en justicia transicional comunitaria. Aquella que no busca castigar sino fortalecer los lazos sociales y negociar el conflicto. Propone “una justicia transicional desde abajo”, que funcione a través del perdón multidimensional y la desnaturalización de la violencia; argumentando la incapacidad de la justicia transicional de regular conflictos en esta escala, entre vecinos.
Después de conocer a Keren y de escuchar con atención su investigación, terminamos la asamblea con una profunda gratitud por encontrar en ella, en su juventud, en su talento, el espíritu de las palabras de Nicanor: “Ninguna guerra puede conculcar el derecho a la esperanza, cuyo núcleo es el derecho a soñar, a soñar con un país al cual, finalmente, siempre acabe por llegar la primavera”.
Resumen de investigación en: www.proantioquia.org.co