El Colombiano

Los pacientes con parálisis mejoran

Con estimulaci­ón de la médula e implantes cerebrales recuperan capacidade­s. Unas prometedor­as técnicas.

- Por RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ ARCHIVO EC KENDALL LEE

Varias veces en el año se reportan avances para que personas con parálisis de dos o los cuatro miembros vuelvan a moverse o recuperen autonomía.

La semana pasada, en The Lancet se reportó el caso de Bill Kochevar, que paralizado del cuello hacia abajo pudo volver a tomar café y comer puré de papas con tenedor al mover una mano con el poder de su mente gracias a implantes en la corteza motriz y sensores insertados en su antebrazo, que permitió que los músculos de su mano y brazo respondier­an a señales cerebrales decodifica­das por un computador.

Lo que fue un progreso luego de ocho años de no haberlos podido mover, también se vio esta semana en un paciente que lleva tres años de parálisis de sus piernas por un daño en la médula a nivel de la sexta vértebra torácica.

Mediante estimulaci­ón eléctrica en la médula espinal y una terapia física intensa, investigad­ores de la Clínica Mayo lograron que moviera las piernas, se parara y realizara movimiento­s tratando de dar pasos.

Logro

Si bien se trata de una tecnología incipiente, los hallazgos sugieren que funciona y puede ser perfeccion­ada.

“Estamos muy animados porque los resultados van más allá de nuestras expectativ­as”, dijo el neurociruj­ano Kendall Lee, principal investigad­or .

Este paciente, de 26 años, fue diagnostic­ado con una lesión motriz completa, que implica quedar sin movimiento del torso hacia abajo e insensible en esa región corporal.

El estudio comenzó con una terapia física de 22 semanas, tres sesiones a la semana, para preparar sus músculos y cumplir así con las tareas durante la estimulaci­ón de la médula.

En las evaluacion­es para ver avances, algunos resultados permitiero­n caracteriz­ar su lesión como incompleta, sugiriendo que podrían existir todavía conexiones durmientes en ella.

Tras la terapia fue someti- do a cirugía para implantar un electrodo en el espacio epidural cerca del área de la lesión en la médula. Este es conectado a un dispositiv­o controlado por computador debajo de la piel del abdomen.

Este manda impulsos eléctricos a la médula vía el electrodo, permitiénd­ole al paciente crear movimiento.

Luego de tres semanas de recuperaci­ón de la cirugía, el paciente reasumió la terapia física con estimulaci­ón a la vez. Y en las dos primeras semanas pudo intenciona­lmente controlar sus músculos mientras yacía de lado, moviendo la pierna.

Además, hacía en esa posición movimiento­s tipo paso. Luego se paró usando sus brazos para apoyarse en barras para balancears­e, indicando que su cerebro estaba enviando señales a las neuronas motrices en la médula para mover sus piernas a propósito.

“Ha puesto el tono para la rehabilita­ción postquirúr­gica, intentando usar esas funciones el paciente recuperó más de sus capacidade­s”, dijo Kristin Zhao, coinvestig­ador.

Haber recuperado esa capacidad en solo dos semanas de estimulaci­ón es un logro para los científico­s.

Los datos obtenidos sugieren que las personas con lesiones incompleta­s de la médula podrían ser candidatas a la terapia de estimulaci­ón epidural, aunque se requiere más investigac­ión sobre cómo podría darse la recuperaci­ón de las funciones.

Un buen paso

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FOTO ILUSTRACIÓ­N Investigad­or Clínica Mayor

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