El Colombiano

Ali Stone, la electrónic­a con oído de mujer

La artista se prepara para lanzar nuevo disco en mayo. El primer sencillo, Dark feelings, alcanzó el lugar número uno en ventas en listados del género.

- Por CLAUDIA ARANGO HOLGUÍN CORTESÍA

Acaba de llegar de Centroamér­ica de presentars­e en el festival Insomniac Electric Daisy Carnival (EDC) México 2017. Fue la única mujer colombiana en escena y compartió tarima junto a artistas como The Chainsmoke­rs, Major Lazer, Martin Solveig, entre otros.

Con solo 24 años, la bogotana, nombrada por la revista Billboard como una de las nuevas artistas para ver en 2016, se prepara para un año de mucho trabajo, lanzamient­os musicales y giras internacio­nales. EL COLOMBIANO habló con ella.

¿Qué tal la experienci­a en el EDC ?

“Tuve 6 toques en el estado de México y Quintana Roo. En el Electric Daisy Carnival estuvimos 95 DJ y yo hacía parte de las únicas cuatro mujeres invitadas. Fue maravillos­o ser partícipe de este evento”.

Prepara un trabajo discográfi­co para mayo...

“Sí, el disco va a ser mucho más conceptual. No quiero que sea una recopilaci­ón de canciones a la loca. Creo que lo interesant­e es que cuente una historia de principio a fin y que las canciones tengan una conexión. El álbum se va a llamar Sexto Sentido y tendrá sonidos un tanto dark y mezclas de electrónic­a con pop y rock, será bien interesant­e. Dark feelings es el primer sencillo que ya lanzamos”.

¿Cómo planea su música?

“Mi música es escrita, interpreta­da y producida por mí, es algo muy personal. Siento que de esa forma puedo mostrar- me al 100 por ciento, plasmar en palabras y sonidos lo que estoy pensando y sintiendo”.

¿Qué tan complicado es ser mujer en este gremio?

“Conserva su machismo y aún hay ciertos paradigmas frente a la mujer, pero hay también mujeres muy talentosas que hacen trabajos profesiona­les y quienes son perseveran­tes y determinad­as con la música. Trabajamos todas en romper esos paradigmas a través de las canciones, que sean apreciable­s musicalmen­te, composicio­nes que sean auténticas, presentaci­ones que se destaquen y muestren que las mujeres tenemos talento para estar en vivo y finalmente eso es lo que me ha abierto el espacio para seguir construyen­do mi carrera”.

¿Cómo recibió ese señalamien­to de Billboard?

“Yo estaba recostada y me llegó un trino diciéndome que Billboard me había reseñado. Yo no sabía qué era, cuando vi el artículo, mi nombre estaba en la entradilla y hablaban de mí como una de las artistas para ver, fue maravillos­o, una gran forma de comenzar el año. Era la única mujer en la lista y la única colombiana. Fue muy emocionant­e y un gran espaldaraz­o para mí”.

¿Cómo escoge los géneros en los que se mueve su música?

“Realmente me gusta moverme por muchísimos géneros. Tengo canciones electro, también de house progresivo y de big room house y las mezclo con influencia­s del rock y pop”.

¿Qué planes siguen para 2017?

Sin tilde en la o, a lo paisa. Colaborar es un verbo que no puede ser sin que existan dos o más personas en la relación. Colaborar es trabajar con otro para lograr algún fin. Sin embargo, ese verbo cambió su sentido popular hace mucho. Ahora todo el mundo lo pronuncia para pedirle al amigo un favor sin que cobre por sus servicios. Colaborame con unas ideas, colaborame y le hechas un vistazo a tal situación y me decís qué pensás. Colaborame con la llegada tarde, colaborame con la trampa, colaborame con el pasaje, colaborame y subite por la de atrás, colaborame y no digás nada. En el mundo culinario también sucede, muy a menudo, por cierto. El dueño de restaurant­e que no sabe nada del negocio y consigue un cocinero amigo para que le colabore con la carta, para que le sugiera la comida, para que le colabore con el menú ideal para poder salir exitoso en la empresa. El cocinero también lo hace, le pide al subordinad­o que le colabore con unas horitas más, que no verá reflejadas en su sueldo al final de la quincena, porque fue una colaboraci­ón, en el aire queda ese: “fuiste querido y querés seguir trabajando conmigo, no hacerme enfadar y mantener el empleo”. Colaborame, quedate callado. Lo contrario a no colaborar es ser mezquino. Si no colaborás,

“Voy a viajar a México, Estados Unidos y Europa. Este año quiero visitar Medellín apenas salga el disco. Quiero que sea una de las primeras ciudades a las que vaya. El público de la electrónic­a es maravillos­o y tengo muchos seguidores allí. Quiero presentarl­es mi disco personalme­nte”.

Sus presentaci­ones tienen mucha energía

“El live show depende mucho del espacio donde vaya a estar tocando. En algunos lugares puedo poner todos los instrument­os, la batería, la guitarra y el teclado, en otros más pequeños no, pero la idea es mostrar en vivo como una sesión de producción en estudio. Tengo un entrenamie­nto específico porque en la mayoría de mis espectácul­os uso tacones y tocar batería en tacones requiere de una preparació­n especial, también corro por el escenario. Necesito un buen estado físico, estoy cantando y nada peor que una voz fatigada al cantar. Me toca prepararme muchísimo. Soy muy perfeccion­ista” sos malo, no cooperás. El que no colabora es un sapo, es un melindroso que no soporta trabajar sin ganar nada a cambio de que yo gane mucho. No lo llamen a él, ese no colabora, dice el amigo. Colaborar ahora, es un verbo sinónimo de tapar, de ocultar, de ser testigo y no decir nada, colaborar es lo mismo en nuestra sociedad que ser compinche, secuaz, cómplice. Esa vuelta la hacemos, no se preocupe que yo tengo alguien que nos colabora, dicen en los pasillos de los edificios públicos. Esa multa la podemos borrar, allá hay alguien que nos colabora. Tengo un amigo tal que conoce a otro amigo de tal, para que nos colabore con el permiso. Nos paran en el momento de la infracción y le decimos al guarda de tránsito: venga, colabóreme. Al agente de policía también lo invitamos a que colabore cuando estamos en aprietos. Colaborar huele mal en nuestra sociedad, esa palabra atrista. Cuando colaborame aparece en la frase, no es para trabajar unidos, es para comprar silencios, saltar filas, evitar la sanción, es un guiño compraconc­iencia, colaborame es sobornar. Mucho más podrido inclusive que corromper, porque cuando decimos colaborame, violamos la conciencia del otro, escupimos su moral, pisoteamos nuestros valores, la solidarida­d y la decencia.

 ?? FOTO ?? Ali Stone hizo el soundtrack del thriller Demental. Fue reseñado en Japón y Estados Unidos como uno de los mejores soundtrack­s de horror.
FOTO Ali Stone hizo el soundtrack del thriller Demental. Fue reseñado en Japón y Estados Unidos como uno de los mejores soundtrack­s de horror.

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