EL CONTRADICTORIO SIGLO XXI
Cada día se siente más pesado en esta época. Vivimos de apariencias, mostrando quién tiene más dinero, quién viaja más o tiene el mejor carro y la casa más grande y lujosa, pero olvidamos muchas veces lo que nos hace realmente humanos: los valores, compartir con nuestras familias y convivir con la misma naturaleza, esa que nos rodea y nos acompaña todo el tiempo.
Casi siempre andamos con los ojos vendados por el consumismo y las necesidades que este mismo crea en nosotros.
Creo que el siglo XXI es contradictorio… Supuestamente, quiere facilitar nuestras vidas, pero llega la tecnología y cada día tenemos que aprender a manejar algo nuevo; quiere acortar distancias, pero cuando estamos en reuniones con amigos y familiares, nos pegamos todos de nuestros celulares y ya es poco lo que nos miramos a la cara.
Cada vez nos abrazamos y conversamos menos frente a frente, ya no hay de qué hablar; también quiere postergar la muerte y agilizarnos, pero he presenciado más de cuatro muertes (por infartos y enfermedades generadas por el estrés o la contaminación) de personas jóvenes como mis padres, entre los cincuenta y sesenta años, en el último mes...
Con lo que concluyo que nos venden ideas para una “vida mejor”, pero lo que están logrando es hacernos cada vez menos humanos y más robots.
Este ideal, tan superficial, en el que cada vez nos vemos más involucrados, nos blinda la vista y por ahí derecho el pensamiento, no nos deja pensar por nosotros mismos… Todos tenemos que ser iguales, creer lo mismo y pensar de la misma manera, porque así funcionan la globalización y la sociedad.
Ahora el problema es que ¡el que sea diferente está “jodido”!
Cada vez nos abrazamos y conversamos menos. Nos venden ideas para una “vida mejor”, pero lo que logran es hacernos menos humanos.