PROSUMIDOR: EL NUEVO COLOMBIANO
El Prosumidor es el perfil del colombiano que queremos para salir del atraso. Es una persona que conoce muy bien un producto o servicio, lo diseña, lo manufactura, lo siembra, lo cosecha y lo consume. Es decir, es un productor y consumidor de su propio bien y servicio. Como los campesinos con la siembra de productos básicos para el consumo de su familia y el resto lo venden. Es el mismo principio usado en la era electrónica y que después de 50 años, aquí, algunos, muy poderosos, no nos dejan que funcione.
Necesitamos ser consumidores exigentes, capaces de evaluar los pros y contras de los diferentes tipos de tecnología, por ejemplo para el suministro de servicios básicos como el agua, la energía o las comunicaciones, obteniendo ese producto o servicio por nuestros propios medios.
Ante la cantidad de comentarios que generó la columna de la semana pasada sobre por qué Colombia quedó entre los últimos países en ratificar y en entrar en vigor su compromiso de mitigar los gases efecto invernadero – GEI y de reducir los desastres relacionados con el cambio climático, según su compromiso con el Acuerdo de París, surgen nuevos interrogantes relacionados sobre a quiénes no les interesa que Colombia aproveche las oportunidades y retos que también el calentamiento global en su manifestación extrema deja cada año a una nueva tendencia en el modelo de desarrollo. Un nuevo modelo que prioriza el autoabastecimiento de cada consumidor, como lo permite la generación de energía solar o eólica desde su propia casa.
Esta semana un artículo muy interesante publicado por
Laura Pulido en El Colombiano cuenta muchas verdades sobre la resistencia del sector energético a cambiar, adaptarse o aprovechar los beneficios que genera esta tendencia universal para cada colombiano. Todo esto en el Foro: Industria Eléctrica: la Hora del Prosumidor, llevado a cabo esta semana en Medellín.
Allí, sus panelistas concluyeron sobre la negativa de algunos operadores del sistema eléctrico nacional para la entrada a Colombia de las energías renovables no convencionales, como la solar (fotovoltaica), frenando la posibilidad de que el consumidor colombiano tenga un mejor y eficiente servicio a través de la autogeneración de electricidad desde su propia casa o empresa. De acuerdo a este periódico,
Jorge Valencia Marín, director de la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme), aseguró que en lugar de facilitar la entrada de estas alternativas de generación que son el nuevo mundo de los negocios del sector eléctrico del país “algunos piensan cómo restringirlas”.
Cosa que se viene haciendo hace más de 20 años en todos los países desarrollados, declarando el servicio de energía como universal, que ante una insatisfacción del servicio, como sucede en la costa atlántica, el cliente pueda cambiarse de empresa desde su celular. En otros países, el consumidor es el que toma las decisiones.
A pesar de que algunos dueños de estos negocios no nos dejan, otros si. El planeta cambió y los impactos relacionados con eventos extremos del clima se cuadruplicaron. Actualmente, muchas empresas desarrollan en Colombia soluciones alternativas como paneles solares o sistemas eólicos o fotovoltaicos, para que el consumidor final, sea el primer beneficiado, siendo Prosumidor en su propia casa o empresa permitiendo que los clientes reduzcan el consumo de energía convencional y comercialicen sus excedentes.
Pero a pesar de los obstáculos, incluidos los discursos de Trump sobre el tema, o burocráticos que pueda ser la ley de energías renovables no convencionales, esta tendencia no tiene marcha atrás. Debemos cambiar. Hoy día los precios son competitivos. Vale la pena saber ¿quiénes son los que no lo permiten? ¿A quiénes no les gusta que los colombianos creemos o inventemos nuestros propios bienes o servicios y reduzcamos el consumo?. Para salir del atraso, necesitamos un colombiano nuevo que use el cerebro para crear sus servicios a su gusto, como lo pronosticó, hace casi 40 años, el futurologo Alvin Toffler, una vez vio que la era industrial que vende en masa terminaría ■