Cómo volver verdes esos espacios privados
De arbustos a árboles hay mucho para escoger, pero no se puede hacer a la ligera. La arborización privada ayuda a conformar corredores ecológicos.
La variedad es amplia para escoger: en el Valle de Aburrá se registran cerca de 600 especies de árboles, arbustos y palmas, dice María del Pilar Arroyave Maya, profesora e investigadora de la Escuela de Ingeniería de Antioquia sobre flora urbana.
El Valle de Aburrá tiene un déficit de 700 000 árboles. Es uno de los clamores del ciudadano: plantar más.
No solo en los espacios públicos como sardineles, glorietas, parques y cerros se pueden y deben sembrar. Hay muchos espacios privados que pueden utilizarse para reverdecer, refrescar y dar continuidad a los corredores verdes que prestan un servicio ecosistémico importante, recuerda la Guía del Arbolado Urbano, de Flavio Moreno y Claudia Elena Hoyos.
La Guía identificó en su momento 76 hectáreas con cobertura verde pero de uso privado. No solo son lotes sin construcción, sino esos espacios alrededor de edificios y urbanizaciones, así como afuera de las casas. Son espacios que se pueden aprovechar para contribuir a una ciudad más fresca y viva.
Se definen como esas “áreas verdes asociadas a procesos urbanísticos y predios privados: son aquellas que en su mayoría son de dominio privado o producto del proceso urbanizador y que poseen carácter ornamental, paisajístico, de seguridad o funcional”
El Manual de Silvicultura Urbana de Medellín reconoce que los espacios verdes privados también hace parte del bosque urbano. Por eso la idea de fomentar la arborización dentro de la estrategia de extender los corredores ecológicos y disminuir la fragmentación de los diferentes espacios verdes.
Para qué
Pero no solo se trata de buena intención “es el qué se espera de un árbol”, dice Germán Restrepo Soto, director de Silvicultura y Paisajismo del Jardín Botánico de Medellín. Hay casos, afirma, que se va al vivero, se compra y se siembra porque pareció bonito, pero a los 10 años el árbol es diferente a lo que se creía y se solicita una tala.
Es que no todo árbol o arbusto sirve para cualquier sitio. “Cuando se selecciona una especie para espacios urbanos en general, se debe hacer un análisis de las condiciones naturales del sitio (temperatura, precipitación, luminosidad, vientos, suelos), la vegetación existente y la presencia de redes eléctricas, alumbrado, cámaras de seguridad, entre otras”, afirma la profesora María del Pilar.
De acuerdo con esas condiciones, agrega, se seleccionarán las especies que sean apropiadas para cada sitio. “Las características que se evalúan de las especies son: tamaño, forma y amplitud de copa, permanencia del follaje, floración, fructificación, sistema radicular, longevidad, atracción de fauna”.
Para los espacios privados como los citados “se debe evi-