El escritor Santiago Roncagliolo y su pasión por el miedo.
Santiago Roncagliolo, en su paso por Colombia, habló de su libro La noche de los alfileres y de los jóvenes que se acercan a la lectura.
Apesar de ser un escritor reconocido, de desplazarse de feria en feria y de tener una vida que va entre los viajes, las entrevistas y las presentaciones de sus novelas, el peruano Santiago Roncagliolo saca tiempo para escribir así sea un párrafo diario. Todo el día piensa en redactar, no importa si está en un hotel, un aeropuerto o su casa. Es su oficio, su vida, su savia. Estuvo en la Filbo en Bogotá, hablando de su novela La noche de los alfileres.
¿Qué tiene el libro de su adolescencia?
“Crecí en esos años en una ciudad violenta, en un colegio de hombres, donde ser diferente te convertía en víctima de acoso. Los protagonistas de esta novela están tratando de revelarse contra las cosas sobre las cuales yo nunca me revelé: el acoso, la profesora autoritaria, la ciudad llena de bombas, etc. Todos están cargados de rabia e insatisfacción y cansados de aguantar”.
¿De quiénes trata el libro?
“Son cuatro chicos, cada uno de ellos con una situación familiar particular, sobre todo con figuras paternas débiles, frágiles o inexistentes. Han lle-
gado a la edad de ser hombres en un mundo que les exige ser machos y no saben como hacer ninguna de las dos cosas, solo se tienen unos a otros”.
Pero se basó en amigos suyos, ¿ellos le dijeron algo?
“No, no creen que sean ellos. Es particular ver como saben quiénes son los demás pero individualmente ninguno cree que sea un personaje y prefiero no explicarlo para mantener la amistad”.
¿Qué relación tiene con el miedo?
“Yo crecí con miedo, en una sociedad en la que podía explotar una bomba o te podían disparar. Había cadáveres en la calle. Lo que tenía que ver con mi vida eran los thriller, las películas de zombie, asesinos en serie, eso sentía todos los días”.
Una cosa es haber vivido con miedo y otra plasmarlo en una novela...
“Escribimos para comunicar cómo nos sentimos, nuestro vocabulario emocional es muy reducido. Hacemos historias para que el lector viva en ellas, viva lo que viven los personajes y sientan lo que sentimos. En el fondo todo libro es un grito de soledad, un intento desesperado porque alguien afuera sienta lo mismo que sientes tú y como no basta decir tengo miedo, creas una historia para que él sienta el miedo que sientes tú”.
El miedo es su identidad...
“Con el tiempo me empezó a gustar usar el género para hacer historias que no puedas soltar, que estés angustiado por saber qué pasa con los protagonistas, que quieras seguir leyendo todo el tiempo y también que hablen de los grandes temas de la literatura que siempre leí, de la soledad de los momentos históricos, de los grandes temas humanos como la muerte y el amor”.
¿Cómo ve a los lectores en América Latina?
“En los últimos años ha habido una revolución de los lectores que antes no había y empiezan a aparecer ahora muy jóvenes. Esta es la primera generación en la que todos han ido al colegio y eso está creando poco a poco más lectores. Veo en las ferias a mucha gente joven, fresca, sin preconceptos de lo que debería leer. Hay de todos los temas y mucha gente joven se acerca a los géneros y por lo tanto a los libros”.
Falta mucho para que se lean más libros...
“Lo mas importante en la educación es reivindicar la lectura como un placer y si los chicos disfrutan leyendo se convertirá un hábito. La escuela ha servido para que los jóvenes odien los libros, les dan a leer cosas que no entienden y se frustran. Ese error crea enemigos de los libros y no lectores. Nadie tiene que explicar por qué es divertido ver un partido de fútbol o tener sexo, lo haces si te gusta y con los libros hay que escoger las lecturas que hagan disfrutar”