Conozca dónde están los mercados campesinos.
El programa Mercados Campesinos beneficia a 250 familias de los cinco corregimientos de Medellín.
Ala Medellín urbana, la que está llena de parques, edificios inteligentes —Ruta N, Isagén, EPM o Bancolombia—, altas construcciones y grandes centros comerciales, la rodean cinco corregimientos, cuya actividad es mayoritariamente agrícola. El 70 por ciento del municipio es rural, y en estos territorios campestres, donde habitan alrededor de 270.000 personas, se cultivan muchos productos que surten los mercados de la ciudad.
Sin embargo, según los campesinos, resulta poco rentable vender sus frutas, verduras y hortalizas a través de un intermediario o en las plazas de mercado convencionales porque no les ofrecen un precio justo.
Por eso, la Alcaldía organizó varios puntos de distribución en diferentes espacios públicos donde la gente puede encontrar productos agrícolas orgánicos y frescos, cosechados en los cinco corregimientos del municipio. El programa recibe el nombre de Mercados Campesinos, y ya cuenta con 250 familias beneficiadas.
El comienzo
La iniciativa nació en el Concejo de Medellín mediante el Acuerdo 39 de 1988, firmada por el entonces alcalde de la ciudad, Juan Gómez Martínez.
“Mercados Campesinos surgió hace 29 años para favorecer a los agricultores de San Cristóbal, San Sebastián de Palmitas, Altavista, Santa Elena y San Antonio de Prado”,
explicó María Fernanda Galeano Rojo, secretaria de Desarrollo Económico de Medellín.
A finales de la década de los ochenta, los mercados llegaron a ocho puntos de la ciudad: Manrique, Castilla, plazuela Mon y Velarde, Laureles, y parques El Poblado, Belén, del Obrero y Cristo Rey.
Los productores no pagan un solo peso a la Alcaldía, que les proporciona mobiliario, uniforme, carnet y energía eléctrica. Adicionalmente, les hace un seguimiento para garantizar la calidad de los productos y evaluar la eficacia de la inversión.
La política se refuerza
La ciudad cuenta hoy con 18 mercados, y el propósito de la Alcaldía es que al finalizar 2017 se pueda llegar a 450 familias beneficiadas.
A través de la subsecretaría de Desarrollo Rural se brinda a los productores asistencia técnica agropecuaria y empresarial. Además, durante el año, se dictan capacitaciones de emprendimiento para que los campesinos tengan mejores herramientas para transformar sus negocios.
En 2016 la Alcaldía invirtió $1.344 millones en el programa. Para aumentar el número de campesinos y añadir cuatro nuevos puntos de distribución, este año se fijó un presupuesto de $2.050 millones.
Tres de los cuatro nuevos mercados ya abrieron este año: Parque de la Vida, en Los Colores; Parque del Ajedrez, en Santa Mónica; y Parque de La Pilarica, en Robledo. El cuarto mercado campesino se inaugurará el 28 de mayo en Santa María de los Ángeles, en El Poblado.
“Mercados Campesinos ha evolucionado de acuerdo a las necesidades. El programa se ha beneficiado con las nuevas tendencias de consumo de frutos orgánicos. Los productos de los agricultores son frescos y se cultivan sin químicos, a diferencia de aquellos que se consiguen en un supermercado, que además se demoran mucho tiempo en llegar a la ciudad”, afirmó Galeano.
Un lugar para la gente
En los últimos años, los mercados han comenzado a ofrecer, además de productos agrícolas, otros alimentos procesados como arepas, panes y mermeladas, para complementar el servicio y ofrecer variedad a los clientes.
El compromiso de los agricultores con el programa ha permitido que estos espacios se conviertan en lugares ideales para las familias.
“Se ha vuelto un plan ciudadano. Las personas aprovechan para desayunar mientras están mercando. Nuestro objetivo es fortalecer eso para generar valor agregado al consumidor, lo cual en últimas beneficia a los productores que pueden vender todo lo que lle- van”, aseveró Galeano.
Al ser un programa de la Alcaldía, Mercados Campesinos ha estado presente en varios eventos de ciudad en los cuales la Administración Municipal también estuvo vinculada: Expoartesano, Expocasa y la Feria de las Flores.
Incluso convergen con el sector privado. En diciembre de 2016 estuvieron en las afueras de Mercados del Río, mientras que en marzo pasado les asignaron algunos puestos en la plazoleta principal del cen- tro comercial Santafé.
Plataforma social
En la Granja de Rehabilitación Social Somos Gente, corregimiento de San Cristóbal, exhabitantes de calle entre los 18 y los 35 años se dedican a cultivar la tierra para reconstruir el rumbo de sus vidas.
Cada semana, de este lugar salen 900 huevos para el mercado campesino del parque de la Presidenta.
Julián Ramírez, usuario de la granja, dice que en esta
finca tienen 200 gallinas “felices”. Las llaman así porque estas aves son pastoreadas y se mantienen libres de estrés, por lo cual los huevos que ponen son más grandes y saludables que aquellos que se venden en las tiendas de cadena.
“Una vez, un extranjero me dijo que le gustaba comprar los huevos que vendemos nosotros, porque tienen mejor sabor que los que conseguía en Estados Unidos”, relató Julián.
Los domingos, dos usuarios de la granja acompañados por un educador bajan desde San Cristóbal al parque de La Presidenta para vender lechugas, cebollas, pepinos, moras, duraznos y huevos.
“Los productos que vendemos son orgánicos. Su venta sirve para que la granja sea autosostenible. Tenemos una clientela fija que, además de comprarnos solo a nosotros, se ha encarretado con el tema social y les preocupa cómo va el proceso con los muchachos”, explicó Bryan Torres, tecnólogo agropecuario y educador de Somos Gente.
En los 5.500 metros cuadrados que tiene la granja, hay 36 especies de vegetales, hortalizas y frutas sembradas, y aunque no todas se comercializan, la única vitrina de los productos que salen de allí son los mercados campesinos.
Reivindicar al campesino
Gabriel Vélez vive con su esposa y su hijo en la vereda El Llano, del corregimiento San Cristóbal. Su casa fue financiada con las ganancias que desde hace cinco años comenzó a percibir al unirse al programa Mercados Campesinos.
Los tapetes de distintas variedades de verde que forman los cultivos de cebolla, cilantro, lechuga y aromáticas, adornan los alrededores de su vivienda. Vélez afirma tener al menos 80 productos, que comercializa todos los sábados en el segundo parque de Laureles.
“Antes de entrar al programa, uno vendía sus productos a través de comisionistas o en plazas de mercado, pero no se libraba el esfuerzo que uno le metía. Así no había forma de salir adelante. No tenía muchas esperanzas”, confesó Gabriel.
Asistir cada sábado al mercado campesino, además de ser la fuente de sus ingresos, también representa un descanso y la oportunidad de socializar con compañeros de otros corregimientos.
Desde que comenzó a
participar del programa, Gabriel pudo aumentar su renta y ahora tiene más huertas para cultivar sus frutos. Además, pudo emplear a cuatro personas que lo ayudan con las tareas del campo.
Confía en que más productores se unan a los mercados, pues considera que el programa es la plataforma ideal para fortalecer al campesinado de la región. Para él, el programa reivindicó la labor del agricultor
“Hace nueve años le aposté a cultivar solamente frutos orgánicos, sin venenos y químicos. El campesino que vende un producto bueno y saludable, vende todas las veces que quiera porque se gana su clientela”. GABRIEL VÉLEZ Productor agrícola.