El Colombiano

El equipo brasileño Chapecoens­e está en casa

Alan Ruschel, otro de los sobrevivie­ntes del Chapecoens­e, narra lo que significa volver a Colombia.

- Por JOHN ERIC GÓMEZ MARÍN

El conjunto aterrizó ayer en el aeropuerto de Rionegro para enfrentar la final de la Recopa y avivó el cariño de los antioqueño­s. Casi seis meses después de la tragedia aérea del 28 de noviembre de 2016, el renovado club llegó a Medellín para enfrentar a Atlético Nacional. Entre ellos, los sobrevivie­ntes Jackson Follman y Alan Rushel. Así fue el recibimien­to y así son las muestras de afecto.

El sobrevivie­nte que llegó al hospital pidiendo que por favor no fueran a botar su argolla de matrimonio y preguntand­o por su esposa Amanda, está de regreso en Antioquia, pero lo más impresiona­nte es que en 20 días estará listo para disputar un partido oficial con Chapecoens­e después de superar una compresión en la tibia y otra abdominal, además de una fractura de la décima vértebra de su columna. Como él mismo dice, es un milagro de Dios.

El lateral Alan Ruschel arribó ayer a la ciudad en compañía de Jackson Follmann y Helio Neto, los otros futbolista­s sobrevivie­ntes. Ellos llegaron acompañado­s de sus familias. Ruschel, antes de iniciar el viaje desde Brasil, conversó con EL COLOMBIANO.

¿Cómo se siente después de estos meses?

“Feliz y agradecido por estar vivo, caminar y estar entrenando de nuevo con el equipo. Con la sensación y la tristeza de haber perdido muchos amigos, pero con el agradecimi­ento también por la solidarida­d de la gente de Colombia y de nuestra ciudad Chapecó”.

¿Siente miedo por volver a montarse en un avión?

“Más que miedo, hay ansiedad por llegar pronto, pero estoy siempre en las manos de Dios y así como él me dio la posibilida­d de seguir vivo, de estar junto a mi familia y de tener la oportunida­d de continuar con mi carrera, será él quien nos siga protegiend­o”.

Así como su compañero Follmann, ¿usted va a buscar a las personas que le salvaron la vida?

“Cuando regresé a Brasil hice una promesa y era que mi esposa conociera a los médicos y las enfermeras que hicieron posible este milagro, así que voy a pagar mi promesa”.

Su esposa se hizo famosa después de que usted pidie- ra en el hospital que no fueran a extraviar su argolla de matrimonio...

“Ella fue el motor de mi recuperaci­ón. Recuerdo que cuando salí del hospital había perdido 9 kilos en 16 días y ella, aún hoy, es el sostén para poder volver a recuperarm­e por completo”.

¿Entonces ya está bien físicament­e?

“Los médicos dicen que la recuperaci­ón ha sido milagrosa, ya estoy entrenando a la par de mis compañeros y en unos 20 días espero poder jugar de nuevo un partido oficial. Parece increíble, pero es cierto”.

¿Y sicológica­mente?

“No ha sido fácil, aún recuerdo a todos mis amigos y las cosas

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