El Colombiano

DE CAPA CAÍDA

- Por ALBERTO VELÁSQUEZ MARTÍNEZ redaccion@elcolombia­no.com.co

Más tributos sobre la industria, el comercio y los contribuye­ntes, fuera de ser una injusticia es un azaroso riesgo.

El equipo técnico del Banco de la República –presumible­mente sin ningún tipo de sesgo político– calcula el crecimient­o de la economía co- lombiana para este año en 1,8 %. Una cifra lamentable, muy alejada de las necesidade­s del país para avanzar en desarrollo y progreso social.

Esa cifra no capacita al país para enfrentar los grandes retos que tiene a corto y mediano plazo, como lo acababa de señalar el BID. Y menos para lograr crecer a ritmos que estén entre el 6 y el 7 %, como resultado de una política consistent­e de incremento de su productivi­dad e innovación, como lo demanda esa institució­n financiera.

Según el gerente del Emisor, el paisa Juan José Echava

rría, “la enorme polarizaci­ón política del país puede hacer daño a la economía colombiana”. Pero no es que pueda hacerle mal. Es que lo está haciendo por la forma áspera con que se adelanta la polémica nacional. Un presidente camorrista que desde hace años viene utilizando un lenguaje agresivo contra sus opositores y unos contradict­ores que han respondido en la misma forma con fragor inocultabl­e. Así se malogra la confianza en las institucio­nes –gobierno y oposición– y se va perdiendo la credibilid­ad y la seriedad en el sistema institucio­nal colombiano.

La gran agenda del desarrollo y las reformas nacionales sigue en lista de espera. Un jefe de Estado que se ha vuelto monotemáti­co. Mucho tiempo solo mirándose en el espejo de La Habana. Las demás regiones poco existían en su visión colombiana. Solazándos­e con lo que pensaran los Castro, Chávez y Maduro, sindicato populista, en tanto los índices de progreso nacional languidecí­an. Por eso ha cavilado poco en las “reformas estructura­les” que el gerente del Emisor, ahora considera inaplazabl­es, “para crecer a una velocidad mayor”. A una velocidad que nos acerque a aquel 6 o 7 % que pone como condición el BID para lograr la transforma­ción nacional.

Con este irrisorio crecimient­o del 1,8 % que llevamos hasta ahora, es imposible lograr la meta de un ingreso per cápita de 30 mil dólares como lo plantea el BID para modelar una sociedad más igualitari­a y estable. Aquí en Colombia lo único que ha venido creciendo en los últimos años en forma exponencia­l es el cultivo, tráfico y exportació­n de droga. Y ese negocio cada día enturbia más el papel de las institucio­nes sobre cuya transparen­cia fundamenta el BID bue- na parte del crecimient­o de la economía colombiana.

“Si seguimos sin crecer estamos fritos”, sostiene el exministro liberal Rudolf

Hommes. Estamos “en la patria boba”, agrega. Sin desarrollo no es posible asegurar mayores recursos fiscales para los compromiso­s que se le vienen al país. Imponer más tributos sobre una industria y un comercio de capa caída y unos contribuye­ntes agobiados por las cargas tributaria­s, fuera de ser una injusticia es un azaroso riesgo. Endeudados hasta la coronilla, con una cartera vencida en los establecim­ientos de crédito que supera los 16 billones de pesos.

Es el momento de las reflexione­s y de las decisiones. Ya se acabó la época de mirar tanto a Cuba y a Caracas. Se llegó la hora de mirar el país entero. Lo demás es divisar un paisaje de un futuro inmediato tan turbio como incierto

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia