“La pista fue vital para consolidarse en la ruta”
“Hay que configurar cinco aspectos importantes en el tema de Fernando Gaviria. Primero: una buena condición al inicio de sus capacidades motrices; es decir, gran multidisciplinariedad en los deportes que hizo desde niño. Segundo: una buena asesoría y que le hayan descubierto su potencia, velocidad y fuerza en esa edad temprana. Tercero: la pista fue vital para consolidar sus habilidades de tiempo y espacio, ubicación, agilidad, así como cadencia de pedaleo que hay que desarrollar. Sobre un óvalo se manejan entre 115 y 130 revoluciones y esto es lo que verdaderamente estimula al tipo de fibras a la hora de un esprínt. Cuarto: que haya hecho una modalidad como el ómnium, porque significa que tiene capacidades como potencia (lograda en la vuelta lanzada), velocidad (gracias a la prueba scratch) y semifondo (al realizar también las pruebas de puntos, persecución, eliminación y el kilómetro). Todo esto desarrolla una serie de capacidades físicas como fuerza, velocidad, resistencia y coordinación. Quinto: para desarrollar esas habilidades, él alterna la pista con la ruta, algo primordial para un velocista. Por todo esto es que se viene imponiendo ante rivales de factura como Greipel y Kristoff. Otra de sus ventajas es que posee fibras muy rápidas. Esto se ve mucho en deportes de fuerza rápida, como el levantamiento de pesas o en disciplinas del atletismo, como 100 y 200 metros planos. Por ejemplo, Nairo tiene otro tipo de fibras, que son las lentas u oxidativas, hablando de composición muscular y hereditaria. Así mismo, de Gaviria se destaca la habilidad que tiene para dominar la bicicleta, una capacidad adquirida en la pista. También su arrojo, anticipación y decisión en poco tiempo. No le da miedo meterse por ningún lado. Cuando el aspecto cognitivo cambia, tras el desgaste y andando a 70 kilómetros por hora, tiene gran lectura de la carrera”.