Ruido y basura en zona residencial de Robledo
Al frente de la sede de la U. de A., vecinos de un edificio se quejan porque locales comerciales invaden el espacio público. “La movilidad, la seguridad y la tranquilidad se están viendo afectadas por el funcionamiento de estos negocios”. NICOLÁS RUEDA Administrador de la unidad Monte Real.
Las noches de fin de semana son un dolor de cabeza para los residentes de un sector de Robledo, en la carrera 75 con calle 65, frente a la Universidad de Antioquia.
Las reuniones sociales frente a algunos locales comerciales se extienden más allá de la medianoche con música a todo volumen. Las mañanas siguientes, solo queda un reguero de basura del que nadie se apersona.
Algunos vecinos de esta zona residencial de Medellín, me expresaron su inconformidad ante la situación. Me contaron que desde el 2012 han presentado quejas formales a las autoridades pero que hasta ahora no han recibido solución.
Un vecino de la unidad Monte Real, que prefirió no revelar su nombre, me envió un vídeo en el que se ve cómo alguien le dice “no se meta en problemas”, mientras esperaba un bus al frente del edificio contiguo a los establecimientos en cuestión.
Él me confesó que la amenaza que recibió se debe a que se ha opuesto al funcionamiento de este tipo de lugares en una zona residencial.
“Estamos tristes por el no proceder de las autoridades. La vía se llena de gente que consume no solo licor sino alucinógenos, y se vuelve imposible entrar al edificio”, me dijo.
Al parecer, el ruido se escucha desde los últimos pisos del edificio porque uno de los locales instaló unos parlantes. “A veces la bulla se extiende hasta la una de la mañana”, me contó.
Quejas sin trámite
En los registros se da cuenta que la primera queja formal es de noviembre de 2012. La última, con sello de recibido por parte de la Alcaldía, es del 17 de noviembre de 2016. Cinco años después y no se ha dado solución a este problema. ¡El colmo!
Nicolás Rueda, administrador de la unidad Monte Real, me aseguró que existe una orden de espacio público donde se ordena quitar la carpa instalada en uno de los locales comerciales; sin embargo, él afirma que ni se ha retirado, y que con las múltiples quejas y derechos de petición ha pasado lo mismo. “Se comprometen a darle trámite pero no pasa de ahí”, me dijo.
Me expresó además que en este momento estudian, junto a una abogada, la posibilidad de presentar una querella poli- civa para que se dé cumplimiento al retiro de elementos que afectan el espacio público.
Lo que más me indignó fue el tema de las basuras. Es que estos locales ni siquiera limpian el desastre que queda luego de las noches sociales que acolitan. Pero ojo, eso también es responsabilidad de los estudiantes que consumen y dejan tirada basura en el piso como si nada.
Por otro lado, Gloria Arango, inspectora de Policía de la zona, me explicó que como su despacho funciona hasta las cinco y media de la tarde, les queda difícil realizar la verificación en horas nocturnas, por lo cual la ciudadanía debe remitir la queja a la Inspección de Permanencia o a la Policía para que procedan a realizar la intervención.
Respuesta de un local
Los vecinos me hablaron de un establecimiento en particular: salsamentaria El Cerrito. Por eso me puse en contacto con el administrador, Juan Valencia, para que me contara su versión.
“Nuestro negocio es como cualquier otro, no estamos invadiendo espacio público y cerramos a la hora puntual. Pero hay uno o dos vecinos que no les gusta que uno trabaje”, me dijo.
Además, me contó que si bien lo han visitado las autoridades, él no está incumpliendo ninguna norma, por lo cual la salsamentaria continúa abierta. Afirmó que no tiene nada que ver con las amenazas que haya podido recibir alguien de la unidad contigua a su local.
Ayer la Subsecretaría de Espacio Público visitó el lugar en la tarde y se llevó un carrito de perros que invadía el espacio público. No pasó nada más.
Yo me pregunto, ¿no sería más oportuno que lo hagan una noche de fin de semana, que es cuando los vecinos reportan esta incómoda situación? ■