El Colombiano

La libertad tardó 2 años para Yeimi Varela

El exdetenido, quien salió de un centro carcelario en diciembre pasado, narra las incongruen­cias de la justicia venezolana.

- Por MARIANA ESCOBAR ROLDÁN

“La experienci­a de ser preso en Venezuela no se la deseo a nadie. Además de un sistema que culpa sin pruebas, no hay comida ni salud”. YEIMI VARELA Exdetenido venezolano

Yeimi Varela, conserje de una quinta en Caracas, donde el líder de derechos humanos Gustavo Tobar solía prestar espacios a estudiante­s que llegaban a la capital venezolana a protestar, se sumó a las listas de detenidos por causas difíciles de sostener.

Era la madrugada del primero de mayo de 2014, y la ola de protestas en ese país ya tenía eco mundial. Yeimi, cuya vida giraba en torno al cuidado del lugar, escuchó ruidos en el portón. Unos 30 miembros del Servicio Venezolano de Inteligenc­ia Nacional (Sebin), derrumbaba­n la puerta y, al verlo, lo amenazaron con fusiles en su cabeza si no se tiraba al suelo.

Mientras tanto, allanaron esa vivienda, con varias irregulari­dades, una de ellas, que los oficiales solo le mostraron la orden a Varela cuando ya habían revuelto todas las cosas del lugar. Los cuatro testigos que se requieren en este tipo de procedimie­ntos cuando no está el dueño (como ocurrió en este caso), no eran vecinos elegidos por la persona a cargo, sino que fueron llevados por el Sebin, e incluso dos eran miembros de ese servicio.

“Ellos mismos le dijeron a alguien por un radio que no había nada, que solo había un vigilante, pero la otra persona les ordenó que me agarraran y me llevaran”, relata el hombre, que fue llevado al centro de detención del Helicoide, en Caracas.

Pasaron 15 días y su familia no sabía de su paradero. El Gobierno le asignó un abogado de oficio que no hizo nada por defenderlo, cuando lo acusaban de vincularse con traidores de la patria y de portar un maletín con gasolina, máscaras y alambre, el mismo que luego se usó para justificar detencione­s posteriore­s.

Sin una sentencia, le dijeron que por asociación para delinquir, por obstrucció­n de vías públicas y por tenencia de sustancias incendiari­as le darían 12 años de prisión, pese a que seguía en un centro de detención.

Varela pasó dos años detenido, viendo cómo ese lugar se llenaba cada vez más de inocentes, hasta que gracias al Foro Penal y a una huelga de hambre que llamó la atención del anterior nuncio de Venezuela, Pietro Parolin, fue liberado el 29 de diciembre de 2016.

La libertad ha sido su mayor gozo. Sin embargo, entendió algo por lo que aún trata de luchar desde el Foro: “el Estado venezolano está contra cualquiera que se le oponga o que no lo defienda. Allá en el Helicoide quedan cientos de chamos que ni siquiera han sido presentado­s ante un juez y que pagan por penas injustas”

 ?? FOTO CORTESÍA FORO PENAL ?? Yeimi Varela (centro, camisa color negro) celebró así con su familia la salida de un centro de detención.
FOTO CORTESÍA FORO PENAL Yeimi Varela (centro, camisa color negro) celebró así con su familia la salida de un centro de detención.

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