Innovación marcará futuro de pymes confeccionistas
Aunque cuentan con larga tradición, las micro y pequeñas empresas de Antioquia deben hacer la tarea en productividad e innovación para competir.
El reto de las micro y pequeñas empresas para llegar a mercados exigentes es ofrecer productos diferenciados. Consultores sugieren trabajar estrategias de asociatividad para asumir el alto costo de invertir en investi- gación y desarrollo. Así se evidenció en un foro en la Semana Sectorial Confección Moda, en la Cámara de Comercio del Aburrá Sur. Conozca otros factores por resolver de este sector.
Ante un consumidor exigente y una oferta global amplia de productos y servicios, la alternativa de las micro y pequeñas empresas del sector de confección en Antioquia es entender cómo opera en al actualidad el negocio de la moda.
Sin embargo, hay escasez de recursos para investigación y desarrollo, que les permitan innovar a la velocidad del mercado global. Así lo concluyeron expertos en un foro realizado ayer en la Cámara de Comercio Aburrá Sur, con ocasión de la Semana Sectorial de Confección y Moda.
“Hace 20 años, en un mercado con poca competencia, el consumidor se conformaba con propuestas clásicas de vestuario que ofrecía el sector de confección. Hoy, el reto es responder a un cliente que manda y es ‘ infiel’ a las marcas”, explicó Mauricio Martínez Palomo, consultor independiente.
En este sentido, el gerente de Spiritual, Juan Sebastián Hernández, empresa confeccionista de yines, comentó que tiene un costo muy alto para una pequeña y mediana empresa (pyme) poder acceder a una investigación que aterricé información de las tendencias de moda.
Una alternativa para confrontar las nuevas condiciones del mercado es, según Martínez, que desde las cámaras de comercio se comiencen a articular proyectos de negocio de una manera asociativa.
“El sector autopartes es un referente, pues se han unido varias empresas para comprar a gran escala y a menores precios. En la moda, si varios universos de vestuario unifican procesos, serían capaces de desarrollar estudios o laboratorios de conceptos para innovar”, recomendó el experto.
Alta informalidad no ayuda
Otro tarea pendiente del sector es formalizar talleres que se convierten en competencia desleal para quienes sí pa-
gan impuestos y generan empleo de calidad: “nuestro clúster contabiliza unas 13.000 unidades productivas registradas legalmente, pero al estimar el número de informales, la cifra asciende a unas 22.000”, estimó Carlos Fajardo Tejada, director de Proyectos de la Escuela Arturo Tejada Cano.
El directivo señaló, además, que un diagnóstico del Programa de Transformación Productiva (PTP) del Gobierno es que a los micro y pequeños empresarios les cuesta acceder a financiación y tienen dificultades para desarrollar capital humano calificado para atender los desafíos de la globalización.
“Aunque el sector se ha recuperado en los últimos cinco o seis años, persiste un déficit de operarios de ma-
quinaria y de gerentes calificados”, puntualizó.
Al respecto, Héctor Lopera, propietario de Tinturería Industrial de Insumos, dijo que a los gerentes de microempresas les cuesta adaptarse de forma rápida a los cambios externos.
Finalmente, se llamó la atención sobre la necesidad de insumos más sofisticados, pues ya es indicativo que un alto porcentaje de telas son importadas. En ese sentido, Fajardo considera que los textileros nacionales deben enriquecer su oferta con contenido de moda vigente, para que los confeccionistas puedan competir de forma satisfactoria con marcas extranjeras, dentro y fuera del país