ESTIGMATIZACIÓN O DELITO DE OPINIÓN
El Decreto 895 del 29 de mayo, por el cual se creó el Sistema Integral de Seguridad para el ejercicio de la política, decretó garantías para prevenir cualquier forma de estigmatización y ordena el diseño de un Programa de Reconciliación, Convivencia y prevención de la
estigmatización, que deberá ser emitido por un Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia.
Abstruso como todo lo redactado por los narcoterroristas marxistas-leninistas de las farc y sus colonistas asesores comunistas españoles, este ucase abre la puerta para lo que ya se ve venir como un Delito de Opinión, típico de los regímenes totalitarios.
Porque al partido que surja de las farc, que ya se autodenominó comunista y marxistas- leninista, lo estaríamos estigmatizando si le recordamos su deplorable pasado histórico y el de sus “padrecitos” fundadores.
Habrá que suspender WikiLeaks y Google, recoger las ediciones de El Libro Negro del Comunismo (Harvard, Coutois), acallar a millones de analistas, historiadores y periodistas, que muestran la verdad inocultable de la maldad del comunismo: 65 millones de muertos en China, unos 10 millones en la Unión Soviética, dos millones en Camboya y en Corea del Norte, más de millón y medio en África, en Afganistán y en Vietnam, más de 150 mil en Latinoamérica, unos 10 mil en Cuba. Y un grotesco fracaso económico en todos los países en donde ha gobernado. Mírese a Venezuela.
¿Seremos encarcelados por recordarle al partido po- lítico de las farc, las masacres de Bojayá, El Nogal, Machuca, los Diputados del Valle, El Billar? ¿Nos obligarán a guardar silencio - en violación de los Derechos Humanos básicos– sobre el fundamento narcotraficante del nuevo partido, so pena de ser investigados y judicializados por la nueva Supra farc- fiscalía que perseguirá de oficio a los críticos de los acuerdos que llaman de paz?
Las nuevas estructuras creadas por presión de los narcotraficantes y aceptadas por este gobierno claudicante, censurarán nuestro derecho de opinión no importa que más del 80 % de los colombianos le enrostremos a los narcoterroristas marxistas- leninistas y sus amigos comunistas lo que han sido durante cincuenta años: cínicos irredentos y consumados narcotraficantes. Además de desfachatados: en Venezuela, en medio del doloroso desastre, opera un Viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo.
(No sería extraño que una dependencia similar sea creada en Colombia próximamente).
Cota: la supresión de 6 Fuerzas de Tarea, tiene un inconfundible sabor a pérdida del espíritu de Ofensiva militar, concordante con el apaciguamiento que mañosamente piden las farc y el gobierno de turno exhibe como logro de paz.
Con el narcotráfico desbordado y la minería ilegal produciendo millones de dólares y el fortalecimiento de las Guardias Indígena, Campesina y Cimarrona, se avanza inexorablemente hacia una balcanización del país. Así lo nieguen hasta en Atenas
¿Seremos encarcelados por recordarle al partido político de las farc las masacres de Bojayá, El Nogal, Machuca, los diputados del Valle, El Billar? ¿Nos obligarán a guardar silencio sobre el fundamento narcotraficante del nuevo partido?