EN DEFENSA DEL DOMINGO
Si el domingo fuera una persona, probablemente se habría suicidado.
Muchas son las críticas en el trasegar de los años frente al domingo. Que es un fastidio han argumentado todos aquellos que se han visto atrapados en la pesadez y desesperación que sienten frente a la modorra, aquella que se asemeja a una señora incrustada en su silla mientras duerme y, simultáneamente, ronca y babea.
La literatura y el cine se han encargado de poner a este día del fin de semana contra la pared, mientras le lanzan garrotazos y toda clase de oprobios. Nosotros, altamente influenciables, nos hemos sumado a la ola de violencia.
Sin duda alguna, si el domingo fuera esa señora gor- da, se habría levantado con dificultad de su silla y colgado una soga al techo para acabar de una vez por todas con el matoneo al que se encuentra sometida; sintiendo, pese al hecho, el último placer ante la asfixia erótica.
Lo cierto, a mi parecer, es que no existe otro día en la semana, más que el domingo, que le rinda un homenaje a la sentencia pronunciada por el Oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”. ¿Qué es el conócete a ti mismo sino el cuidado de sí mismo? El cuidar reside en la reflexión de aquellas preguntas que nos asombran y que desembocan en un conocimiento de sí mismo. Y qué es el domingo si no un día propicio para detenernos por un momento y con- templar lo que ha dejado la semana de nosotros.
Es un día en el que afortunadamente nos queda tiempo, es esa tela de más, como lo diría Gabo, que le sobra al vestido. En él se evalúa la vida y se replantean cosas. Es, por decirlo de algún modo, el yoga carísimo que intentamos pagar una vez a la semana para sentirnos tranquilos y botar en una exhalación los problemas que nos agobian; pero la diferencia es que el domingo es gratis y su duración es de 24 horas. Aquí los únicos maestros de la meditación seremos nosotros.
La cruda verdad, señoras y señores, es que se la tenemos montada al domingo porque cada 8 días llega a darnos una bofetada, mientras nos grita que somos unos incapaces de convivir realmente con nosotros durante un día. Y como imperfectos seres humanos, nos ofendemos cuando nos cantan la verdad en la cara
El domingo nos grita que somos incapaces de convivir con nosotros durante un día.
* Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.