Cabal y Farah mantienen viva a Colombia en Londres
La más exitosa dupla de tenistas nacionales cruzó 1a. ronda de Wimbledon. La aspiración es superar actuación de Garros.
Diez títulos y 22 finales tienen Robert Farah y Juan Sebastián Cabal desde cuando empezaron a jugar juntos en las canchas de tenis. La dupla colombiana más exitosa de este deporte se plantearon, como meta, de este 2017, llegar a una final de un torneo del Grand Slam. Y en Londres empezaron ayer ese recorrido ya esquivo en Australia, Estados Unidos y París.
Ese registro de triunfos corresponde a la intervención de ambos en grandes torneos ATP -Asociación de Tenistas profesionales-. Sin embargo, les falta ese plus, como ellos señalan, para consolidar una temporada y mantenerse entre los mejores dúos del mundo en la actualidad.
“Después de varios días de exámenes y médicos, vamos con toda a apuntarle a Wimbledon”, había manifestado Cabal en reciente entrevista al hablar del proceso de recuperación tras sufrir una nueva contusión que le marginó de varios torneos a principios de este año.
El césped de Wimbledon, que no es el ideal para los colombianos, más acostumbrados a competir en polvo de ladrillo, les brinda buenas sensaciones, como lo señala Farah.
Por lo pronto, los integrantes del equipo Colsanitas, ya cruzaron la primera ronda del tercer grande del año. Con parciales 6-4, 7-6 (7-4) y 7-6 (70) se impusieron sobre la pareja que conformaron el argentino Carlos Berlocq y el español Albert Ramos.
El mejor registro que tiene el dueto Farah- Cabal data de hace poco más de un mes cuando alcanzaron las semi- finales del Roland Garros. “Fue algo maravilloso, lo intentamos, nos entregamos y cumplimos un buen papel”, reconoció Cabal.
En el historial de Farah-Cabal en Wimbledon figuran dos llegadas a tercera fase (2011 y 2013), similar actuación a la presentada en el Abierto francés de los años 2012 y 2013, así como en Australia 2016 y 2017.
Instalados en la ronda de 32 mejores parejas, chocarán, mañana, contra el dúo conformado por el bielorruso Andrei Vasilevski y el chileno Hans Podlipnik