EL DESPRENDIMIENTO DEL ICEBERG MÁS GRANDE
El desprendimiento del gigantesco pedazo de la Antártida por el calentamiento de la región es una muestra de cómo se descongelan los 198.000 glaciares en todo el planeta.
Ese pedazo de hielo que se desprendió de la Antártida, de 6.600 kilómetros cuadrados (la décima parte de Antioquia), con 1.155 kilómetros cúbicos de hielo que sobresalen 190 metros sobre la superficie del océano y se sumergen hasta 210, es la última señal de un planeta que se derrite.
El iceberg, con una morfología parecida a otros, se separó de la barrera de hielo Larsen C, una de las cuatro grandes porciones de plataforma de hielo en la costa este del continente blanco, un proceso que comenzó en 2014, cuando se detectó la brecha.
“Sea completo o que se parta, las corrientes podrían llevarlo tan lejos como las Islas Falkland”, dijo en un comunicado Anna Hogg, miembro de la misión CryoSat de la Agencia Espacial Europea, que midió la enorme masa.
No es seguro, sin embargo, que se mueva. Al comienzo quedará en su sitio y si se desplaza, explicó, las corrientes en contra de las manecillas del reloj podrían enviarlo primero al canal de Drake que separa la península Antártica de Suramérica, a unos 1.000 kilómetros. Lo seguro es que tarde mucho en derretirse.
Si bien es descomunal no tiene incidencia en el aumento del nivel del mar, aclaró Hogg.
No es un decir que la Tierra se descongela con gran velocidad. Es que no son solo las grandes masas glaciares, Ártico, Groenlandia y la Antárdida, sino casi todos los demás 198.000 glaciares, que contienen cerca de 170.000 kilómetros cúbicos de hielo cuyo derretimiento subiría el nivel del mar 43 centímetros, de acuerdo con un estudio de Matthias Huss en el Journal of Geophysical Research.
Global
El Centro Nacional de Datos del Hielo de Estados Unidos reportó que el 7 de marzo el hielo del Ártico alcanzó el mínimo registrado en un invierno, mientras que su contraparte al sur, la Antártida, llegó el 3 de ese mes a un mínimo histórico en un giro rotundo en la tendencia por décadas de una moderada expansión del glaciar.
El 13 de febrero, el hielo de esas dos regiones estaba en su mínimo punto desde que comenzaron las mediciones satelitales en 1979: cubría 16,2 millones de kilómetros cuadrados, 2 millones menos que el promedio mínimo de 1981 a 2010, el equivalente a haber perdido un área del tamaño de México. O, también, 1,6 veces Colombia.
La extensión máxima de hielo del Ártico se ha reducido 2,8% por década desde 1979. En el verano esa pérdida es cinco veces mayor según el reporte del Centro Goddard de la Nasa.
Fuera de perder hielo, la capa se ha adelgazado quedando más vulnerable a la acción de las aguas más calientes del océano que lo socavan.
A junio, la extensión del hielo promediaba 11 millones de kilómetros cuadrados.
Una compilación científica presentada en Nature reveló que el Ártico se está calentando dos veces más rápido que el resto del planeta por las corrientes más cálidas que le lle- gan. Entre 2011 y 2015 estuvo más caliente que en cualquier otro momento desde 1900.
La Antártida también vive esa situación: la península, al norte, es hoy 2,5 °C más caliente que en 1950, mientras la Antártida occidental pierde masa por las aguas cálidas debajo de su superficie.
La capa de hielo de esta región se extiende casi 14 millones de kilómetros cuadrados, el área de Estados Unidos y México juntos. Almacena cerca de 30 millones cúbicos de hielo, suficientes para aumentar el nivel del mar de 20 a 60 metros, aunque no se espera un derretimiento total.
La pérdida de masa allí no es tan rápida como ocurre en la polar Groenlandia. De esta cada año se desprenden 250 gigatoneladas de hielo, suficien- tes para inundar a Colombia con 15 centímetros de agua. Esta es la que más contribuye al aumento del nivel del mar, a pesar de ser algo más de la décima parte de la Antártida.
Groenlandia tiene hoy una temperatura 2 °C más alta, que, no obstante, de acuerdo con Jonathan Bamber, investigador de la Universidad de Bristol, no explica el acelerado derretimiento, muestra de que falta estudiar más su condición climática.
Nivel del mar
Un estudio en Nature Climate Change mostró que el nivel del mar sube hoy 3,3 milímetros año, frente a 2,2 de 1993, un nivel no visto en los últimos 2.800 años y se espera que aumente a medida que se calienta la Tierra. La Nasa, por
ejemplo, situá el aumento en 3,4 milímetros año.
Tras la última Edad de Hielo, ese nivel subió hasta 120 metros y se estabilizó hace cerca de 3.000 años hasta el siglo 19, cuando comenzó a subir de nuevo.
Y mientras la pérdida de masa de hielo respondía por el 50% del aumento del nivel del mar, ya subió al 70. Groenlandia contribuía con un 5% a ese aumento en 1993, habiendo
subido hoy a 25%.
Si se derritiera por completo, esta región sola contribuirá con un aumento del nivel del mar de 6 metros, pero de acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas, este siglo aportaría entre 12 y 15 centímetros.
Tras haber aumentado 30% el derretimiento en el verano entre 1979 y 2006, en 2010 y 2012 vivió unos picos que casi dejan limpia de hielo toda su superficie.
Aparte del deshielo, la expansión térmica de las aguas responde por casi todo el resto del aumento del nivel del mar.
Los demás
Alex Gardner y colegas, por otra parte, publicaron en Science un análisis del derreti- miento de los 198.000 glaciares y su aporte al nivel del mar.
Los glaciares del Ártico, Canadá, Alaska, los Andes del sur y las altas montanas de Asia contribuyen con casi tanta agua derretida como las tres grandes áreas citadas: 260.000 millones de toneladas por año, respondiendo por el 30% del aumento en el nivel aunque en conjunto son apenas el 4% del área global cubierta con hielo.
La contribución se aceleró desde 2005.
Los análisis del Panel Intergubernamental bajo un escenario de reducción de emisiones de dióxido de carbono a partir de 2050, a finales de siglo cerca de la mitad de todos los glaciares habrá desaparecido, con lo que significa para cientos de millones de perso-
nas que dependen de ellos, para tomar el agua y para el turismo, entre otras serias afectaciones. En mayo, los geólogos Dan
Shugar y James Best revelaron la desaparición del río Slims en Canadá, que durante siglos condujo agua del glaciar Kaskawulsh al río Yukón y al mar de Bering. Pero el acelerado derretimiento del glaciar en 2016 hizo que el deshielo cambiara de rumbo hacia el golfo de Alaska, a miles de kilómetros mientras el Slims desaparecía.
El futuro
Si bien la suerte de la mayoría de los glaciares está echada y aquellos más bajos desaparecerán, queda la inquietud de cuánto aportarán estos al nivel del mar.
Chip Fletcher, geólogo de la Universidad de Hawai en una entrevista con Yale Environment la semana pasada explicó que “considerábamos en el peor escenario un aumento de un metro en el nivel del mar a finales de siglo, pero un reporte reciente de la National Oceanic and Atmospheric Administration lo pone como un escenario intermedio. Por primera vez se está tomando con seriedad la posibilidad de un aumento de dos metros. Incluso hay otro modelo que sugiere que puede ser de tres metros”.
Más allá de los modelos, el deshielo es generalizado y sube el nivel del mar.
El gran iceberg que se desprendió de la Antártida es un recuerdo de que el calentamiento global es real y hay que tomarlo con seriedad
“Es tentador decir que el récord que estamos viendo este año es el cambio climático llegando a la Antártida”. WALT MEIER Científico Centro Goddard