LA DERROTA DE PITÁGORAS
La confusión informativa sobre Venezuela parece insuperable. Se transmiten y publican opiniones, no datos ni hechos. Los medios de comunicación entrevistan exclusivamente a personas que están de acuerdo de antemano con la postura política de cada casa noticiosa.
No hay información, hay propaganda. No se comunica, se editorializa. Y se editorializa en los géneros periodísticos que deberían ser imparciales, noticia, reportaje, entrevista.
Las redes sociales –ya se sabe- enjaulan a cada usuario en el círculo de sus amigos, seguidores. Es decir, de los que piensan como él. Nunca como ahora tienen más razón Marcuse y su hombre unidimensional. Cerebros parametrados, eso somos.
Con ocasión de las recien- tes votaciones contra la Constituyente y para la Constituyente, tanto la oposición como el gobierno escamotearon las cifras. Ambos bandos proclamaron el triunfo propio y el desastre del contrario. Jugaron con la aritmética.
En lo tocante con la verdad, las matemáticas dejaron de ser ciencia exacta. La oposición reivindicó siete millones de votos en su consulta. El gobierno alega que este guarismo es falso y que además la misma oposición quemó los sufragios para evitar el reconteo.
El gobierno anunció que tuvo ocho millones de votos para su Asamblea, la oposición admite escasos dos y medio. Una diferencia de más del triple. Pitágoras y Euclides pondrán en suspenso sus celebridades históricas.
Al amanecer de esta semana muchos ciudadanos se volcaron sobre televisores, radios, diarios, internet, para salir de la exasperante duda. ¿Qué había pasado con la Constituyente de Maduro?
El resultado es contundente desde dos perspectivas. No solo carecemos de informes fi- dedignos. Es que además es químicamente imposible lograr estas noticias confiables. La imparcialidad, la ponderación, la comunicación, las matemáticas, han sido derrotadas.
Queda en pie lo que había: el imperio, el castrochavismo, la revolución bolivariana, el populismo, la derecha internacional, el hambre y las filas. También la correspondencia con Colombia: quedaremos como Venezuela, Santos es traidor, quieren quitar la propiedad privada, nos mandan paramilitares desde Colombia.
Estamos no solo ante el descalabro de los medios. Venezuela es el ocaso de la posibilidad informativa
Queda en pie lo que había: el imperio, el castrochavismo, la revolución bolivariana, el populismo, la derecha internacional, el hambre y las filas.