Caterine busca la fórmula para vencer a Yulimar
A sus 33 años, la triplista colombiana debe hacer gala de su preparación mental y física ante la sorprendente venezolana.
Apesar de desfilar siempre con su sonrisa por el Estadio Olímpico de Londres, Caterine Ibargüen hizo gala de una frase icónica del recordado Ayrton Senna: “el segundo es el primero de los perdedores”.
Así se sintió después de ceder su trono a la venezolana Yulimar Rojas en el Mundial de atletismo que se cumple en la capital inglesa. Hizo su mejor marca del año (14,89 m), pero esa voraz juvenil la superó por dos centímetros y la dejó relegada a una valiosa medalla de plata.
Aunque la dos veces campeona mundial (Moscú -2013y Pekín -2015) reconoció a la patriota como “una joven talentosa que puede tener un largo reinado”, ya empieza a pensar en un plan para pelearle las futuras competencias. Un programa en el que debe privilegiar la parte mental.
Hacer pesar la experiencia
Para Édwinson López, entrenador y formador de atletismo, es claro que la edad de Rojas (21) es una virtud que le da mucha ventaja sobre Ibargüen (33). No obstante, dice que la de Apartadó debe apelar a esa experiencia y no desesperarse en los momentos claves.
“Caterine tiene capacidad física para competirle a Yulimar, pero en las pruebas debe mostrar que tiene más experiencia en los momentos claves y no sentir presión, debe hacer gala de su mentalidad”, argumenta López.
Preparar la mente
Está claro que por historia y vigencia, la presión carga so- bre Caterine. Máxime cuando por cinco años ha reinado con tranquilidad en el salto triple femenino y ahora, en el 2016, emergió una rival que ya le zarandeó el trono en algunas ocasiones.
Para Libardo Hoyos, entrenador antioqueño, Yulimar llegará a ser más grande que la colombiana y cuenta con mu- chas virtudes. No obstante, cree que la edad de Ibargüen es un factor que debe convertirse en cualidad mental.
“Su entrenador y sus psicólogos se encargarán de fortalecerla, pero ella debe saber manejar la presión, calcular más sus movimientos y saber dónde hacer sus golpes de gracia”, expone Hoyos