¿Dónde está el castigo para los partidos?
“Aunque con el número de alcaldes capturados uno puede decir: no es mucho, no hemos notado un aspecto importante que es que el ámbito territorial es débil frente a la centralización del Gobierno. Los niveles de control son bajos en las regiones, los organismos de control tienen bajo poder, más aún cuando contralores, personeros y demás, suelen estar acompañando al ejecutivo municipal. Muchas veces, esos organismos tienen también intereses políticos. La campaña electoral de 2015 contó con veedurías de muchos organismos que hicieron advertencias sobre lo vulnerable que son estas entidades y sacaron a la luz varias veces lo que pasaba sobre gente, que tal vez no tenía un proceso, pero sí relación o sombra de duda con grupos ilegales o por sus actuaciones en cargos anteriores. Entonces, eso también es culpa de la ciudadanía, que aunque tenía esa información disponible y a la mano, los siguió eligiendode igual manera. Se requiere especial control, porque en las alcaldías hay contratos y burocracia en juego. Una vez sale un alcalde, queda el municipio con un problema de gobernabilidad, con un mandatario entrante al que queda poco tiempo y, si es alguien elegido dentro del mismo partido del saliente, puede perpetrar estas malas prácticas. Por eso, la pregunta debe ser ¿Dónde está la responsabilidad política de los partidos? Quienes avalen, firmen o respalden una candidatura tienen que tener una responsabilidad, porque se ve como los candidatos, a pesar de estar emproblemados, reciben el aval, si los partidos creen que tienen oportunidades electorales. Aún así, siguen respaldando estos perfiles, conscientes de la debilidad operativa del sistema judicial, en los que muchos alcaldes, incluso pueden terminar su periodo sin que hayan decisiones en su contra.