Retórica de Trump beneficia a Maduro
Una frase del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha permitido Nicolás Maduro justificar su teoría de “conspiración imperialista” para elevar una cortina de humo.
De esa forma ha logrado desviar la atención sobre violaciones a los derechos humanos, su errado manejo de la economía y la vulneración constante de la democracia en el vecino país.
“Tenemos muchas opciones para Venezuela, y no descartamos la vía militar. Tenemos soldados en todo el mundo, muy lejos de aquí. Venezuela no está tan lejos. La gente está sufriendo, está muriendo”, dijo Trump en rueda de prensa el pasado 11 de agosto.
El régimen de Maduro aprovechó esa advertencia para victimizarse, una otra y vez, frente a la amenaza externa e intentar legitimarse en su política interna.
“La temeraria amenaza pretende arrastrar a América Latina y el Caribe a un conflicto que alteraría permanentemente la estabilidad, la paz y la seguridad de nuestra región”, afirmó el gobierno de Maduro en un comunicado.
Hasta el hijo de Maduro, Nicolás Maduro Guerra intentó sacar pecho, aunque tal vez de forma menos exitosa y confundió a Washington como capital estadounidense: “Si se diera el supuesto de mancillar el suelo patrio, los fusiles llegarían a Nueva York, señor Trump, llegaríamos y tomaríamos la Casa Blanca”.
Rédito populista
En cualquier caso, la intención del régimen es clara: sacar provecho de la retórica elevada de Trump para reforzar la argucia del enemigo externo contra Venezuela. En eso coinciden expertos dentro y fuera del país suramericano.
“Trump ha demostrado ser excelente empresario, pero pésimo político. Intentó con
sus palabras complacer a parte de los republicanos, especialmente a los liderados por Marco Rubio, pero con haber dicho eso suscitó el rechazo latinoamericano, porque ningún gobierno de la región lo ha secundado”, explicó a este diario Jesús Castillo Molleda, politólogo y docente de la Universidad del Zulia.
Agregó que pareciera ser que ahora Trump es el mejor amigo del régimen, pues sus palabras le quedan como anillo al dedo y le sirven para victimizarse y crear un ambiente de defensa y patriotismo.
El experto recuerda que esto podría alertar a socios de Venezuela y potencias como China y Rusia, que podrían estar dispuestas a blindar al régimen de Maduro.
Con Castillo concordó Michael Shifter, presidente del centro de Diálogo Interamericano (Washington), en diálogo con la BBC: “No puedo imaginar ningún gobierno en América Latina, sea de derecha o izquierda, que esté de acuerdo con esa idea, y creo que, lamentablemente, podría crear una brecha aun mayor entre Estados Unidos y la región”