Retorno de desplazados en Siria, ¿síntoma de que se acerca la paz?
Durante el primer semestre del año, 602.759 desplazados o refugiados regresaron a sus hogares, sobre todo en Alepo, pero los expertos alegan que no hay condiciones. “En Alepo el acceso al agua limpia es un problema, lo que aumenta el riesgo de exponerse a enfermedades”. CARLOS FRANCISCO Jefe misión MSF en Siria
Alepo, esa ciudad siria donde los bombardeos, la destrucción de hospitales y la escasez de insumos hicieron pensar a la ONU que desaparecería, es hoy centro de un retorno masivo.
Según el último reporte de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la urbe donde fuerzas armadas, Estado Islámico y un puñado de grupos rebeldes se han disputado el territorio en los últimos seis años recibió entre enero y julio de este año al 67 % de los sirios que volvieron al hogar tras meses de huida.
Durante el primer semestre del año, fueron 602.759 los sirios desplazados que regresaron, no solo a Alepo, sino a las conflictivas Idlib, Al Raqa, Damasco y Hama.
Cerca de un 27 % expresaron que volvieron para proteger sus bienes; el 25 %, por la mejorada situación económica en su zona de origen; 14 %, porque se agravó la situación en la zona en la que estaban buscando refugio; 11 %, debido a asuntos sociales o culturales que evitaran su integración, y un 11 %, porque la situación de seguridad en el área a la que regresaron es mejor.
Si bien los retornos han sido casi siempre espontáneos, “no necesariamente fueron voluntarios, seguros o sostenibles”, advierte la OIM en su informe, y añade que como tales, no se les puede considerar “dentro del contexto de un marco de soluciones duraderas”.
Aunque en Ginebra (Suiza) y Astaná (Kazajistán) se celebran rondas de negociación para que la oposición y el Gobierno sirio encuentren una salida, el retorno no responde a avances en esos intentos.
Sin condiciones para volver
Christy Delafield, líder de Mercy Corps, ONG con presencia en ese país, afirma que el regreso a casa de estos cientos de migrantes tampoco resuelve la crisis de refugiados en Europa y otros continentes. En el reporte de la OIM es claro que solo 14 % retornaron desde Turquía, Líbano, Jordania e Iraq, mientras un 86 % eran desplazados internos.
“La dolorosa realidad es que las condiciones prevalecientes que hicieron huir a la gente todavía existen dentro de Siria. Cuando las condiciones son apropiadas, cualquier retorno debe ser seguro, voluntario y digno, pero eso no sucede ahora”, comenta.
De hecho, según ha corroborado Delafield en terreno, las presiones, más allá de la violencia, son enormes. “La búsqueda de alimentos y de agua, de un refugio seguro para vivir y la lucha por mantener aseada y segura a la familia se han convertido en tareas monumentales”, describe, y agrega que en los últimos tres años la organización evidenció un aumento en el trabajo infantil y el matrimonio prematuro, ya que los padres no son capaces de mantener a sus familias.
En eso coincide Ibrahim AlAssil, analista político sirio e investigador en el Instituto Medio Oriente, el más antiguo en Washington sobre asuntos de esa región. Según él, si bien ha habido una reducción de la violencia, poblaciones como Alepo se han liberado de la presencia del EI y hay treguas alrededor de Damasco, “todavía no existen las condiciones para un retorno seguro”.
En Siria hay más de 6 millones de desplazados internos y más de 5 millones de refugiados. “Incluso con unos pocos cientos de miles de personas de regreso a sus hogares, todavía tenemos alrededor de 11 millones de personas que no lo hicieron y muchos de ellos no lo harán por razones de seguridad y económicas”, alerta el experto, para quien es claro que el riesgo de ser detenido por las fuerzas de seguridad sigue ahí, y eso impide que muchas personas tengan la tranquilidad para volver.
El reclutamiento militar es otra razón importante. “Muchas familias sirias no regresan a las zonas sometidas al control del régimen porque el éste llevaría a sus hijos a luchar en el ejército. Tendrán que matar gente, o morir”, dice Al-Assil, y agrega que la falta de electricidad, agua, escuelas y hospitales, incluso en las grandes ciudades, son incentivos para permanecer como refugiados o desplazados internos.
Así las cosas, incluso si la violencia se reduce en Siria, el temor a que la guerra vuelva a estallar y las condiciones se deterioren seguirá vivo, a menos de que se lleve a cabo un acuerdo político y el país adopte un plan de transición real