Trump, cercado por el racismo
Donald Trump cayó en medio de una nueva tormenta tras sus comentarios sobre los hechos de violencia en Charlottesville, que suscitaron profundo malestar en el seno de su propio partido y que podrían marcar un giro en su presidencia.
Al afirmar que “ambas partes” eran responsables de la violencia que sacudió esta pequeña ciudad de Virginia (donde una manifestante antirracista fue ultimada por un simpatizante neonazi), el presidente estadounidense cruzó un límite, 200 días después de asumir su cargo.
Sus palabras, pronunciadas en un tono acusador desde la Torre Trump y elogiadas por un exlíder del Ku Klux Klan por su “coraje”, dejaron mudos a varios legisladores.
Los expresidentes republicanos George H.W. Bush y George W. Bush divulgaron un comunicado conjunto muy poco habitual en ellos en el que llaman a “rechazar el racismo, el antisemitismo y el odio bajo todas sus formas”.
El expresidente Barack Obama había reaccionado tuiteando una frase de Nelson Mandela: “Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, sus orígenes o su religión”. Este tuit se transformó en el más popular hasta el momento en la historia de la red social.
Entretanto, un grupo de expertos de la ONU en derechos humanos sostuvo que el racismo y la xenofobia aumentan en Estados Unidos y que los incidentes racistas vividos en Charlottesville son únicamente el último ejemplo de esta tendencia.
“Estamos alarmados por la proliferación y prominencia que han ganado los grupos que promueven el racismo y el odio. Actos y discursos de este tipo deben ser condenados sin medias tintas, y los crímenes de odio investigados y sus autores sancionados”, reclamaron