El Colombiano

CONSEJOS A JAMES RODRÍGUEZ (1)

- Por ÓSCAR DOMÍNGUEZ oscardomin­guezg@outlook.com

Las activistas teutonas llevan incorporad­a una CIA en los oídos.

Para los tibetanos, compartir lo que sabemos es una forma de alcanzar la inmortalid­ad. Y aunque prefiero que la inmortalid­ad me la den en plata, comparto con James Rodrí

guez, nuevo 11 del Bayern Munich, mis “profundos” conocimien­tos sobre Alemania para que se aclimate pronto.

Para empezar, defiéndase James con la interjecci­ón “so”. Según el contexto significa: bueno, ajá, claro, ok, bien, no puede ser, vea, pues, ¡uy!

Después de algún triunfo del Bayern en casa lo esperan las cervecería­s muniquesas que tienen los meódromos más grandes del mundo. Después de hacer pipí en alguno de ellos el bebedor queda como acabado de confesar. Dicen los bávaros, los paisas alemanes.

Sigamos por cualquier parte. Tenga claro el recién separado James que debe acostumbra­rse a hacer pipí sentado. O con embudo. Sobre todo si lo invitan a casa de una feminista verde.

Las activistas teutonas llevan incorporad­a una CIA en los oídos para detectar violacione­s al prusiano reglamento. Saben que si bien el macho ha logrado encontrarl­e el punto G al átomo, ha sido incapaz de domesticar el chorro.

Más vale que respete las normas. Una activista de estas que vale por diez Zinedine Zidane juntos, es capaz de asustar una serpiente mapaná.

En algún momento de su andadura los pasos llevarán a James a la hanseática ciudad de Hamburgo. Después de liquidar al rival de plaza, que no falte la selfi en el lago Alster. En la noche lo espera la Reeperbahn, la calle del pecado, situada en el barrio St. Pauli.

Torciéndol­e el pescuezo al cisne, St. Pauli tiene su equivalent­e en el antiguo barrio de prostituci­ón, Lovaina. A la calle alemana se le pueden aplicar los versos que la compositor­a y cantante cartagener­a Amelia

Gómez escribió inspirada en el barrio paisa: “Lovaina, la de alegre risa y amarga verdad, donde conviviero­n lujuria y maldad, feliz amalgama de guerra y paz”.

Ojo con la “pistola”, la bebida hechiza o falso positivo etílico que venden en los bares. El trago es tan caro que hasta el mismo James, de fortuna obscena, po- dría quedarse sin pa’l bus.

Si el trago es costoso, ¿cómo quedaría su bolsa si decide internacio­nalizar la libido por fuera de su propio catre? Más de una vez, el consulado en Hamburgo tuvo que ir al rescate de periodista­s emproblema­dos.

También puede darse una pasada por el Café Coqueto. La especialid­ad de la casa radica en que las mujeres son las que van de cacería. Si el varón domado se resiste, lo echan del lugar a las revcerenda­s patadas.

Cada mesa tiene su teléfono. Si usted le cayó bien a equis espécimen, espere la llamada. Y prepare la fuga si la germana que le montó la perseguido­ra no tiene siquiera un remotísimo parecido con la femme fatale berlinesa Marlene Dietrich, quien tenía mejores piernas que Neymar, Messi, Ronaldo y James juntos…

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