VISITA DEL PAPA, UNA OPORTUNIDAD
La visita del Papa Francisco a Colombia ha generado diferentes comentarios. Como siempre todo lo que dice no está exento de polémicas e interpretaciones de todo or- den. En general, muchas de las especulaciones que se tejen por estos días en torno a la llegada del ilustre visitante surgen alrededor de las redes sociales, y al final lo único que hacen es generar controversias, algunas veces, sin una fundamentación rigurosa. Hemos visto como en los medios de comunicación se polemiza si el Estado debe pagar algunos de los gastos del Sumo Pontífice, se habla de que que la visita generará un caos en la movilidad, y como era de esperar, se preguntan algunos, con suspicacia, si su llegada no se debe a una intención política alrededor del proceso de paz. Debates, entre otros, que muy seguramente no agregan valor, por el contrario, evidencian que muchas veces estamos más del lado de la polémica y la crítica, que de las ideas y acciones propositivas y bien intencionadas.
Me parece que esta importante visita de un pontí- fice sui generis, que brilla por su humildad y posturas abiertas frente a los problemas más álgidos de la sociedad actual, debe ser una oportunidad para que todos los colombianos reflexionemos sobre nuestro papel en la sociedad.
Sería interesante que empezáramos a pensar en cómo podemos pasar del reclamo permanente de derechos a entender y aceptar cuáles son nuestros deberes como ciudadanos. Esto es, pensar en cómo cumplir las normas, por más simples y sencillas parezcan. Exigimos políticos impolutos pero la apatía el día de las votaciones no nos deja votar. Reclamamos igualdad pero quienes trabajan con nosotros no progresan al lado nuestro. Exigimos mejor movilidad pero nos cuesta bajarnos del carro una o dos veces a la semana. Clamamos por seguridad pero no denunciamos.
Definitivamente debemos ser ciudadanos que piensan más en el prójimo, actuar desinteresadamente, ser más positivos, valorar lo que tenemos, ver en la reconciliación un estilo de vida.
Vinimos a este mundo a ser felices y dejar los odios a un lado, a formar una familia en los valores y el respeto, pero sobre todo a amar. La visita del Papa Francisco, ese gran líder que inspira a millones de seres humanos en la tierra, es una oportunidad para que, seamos católicos o no, nos revisemos internamente y reflexionemos en qué podemos mejorar, cómo podemos crear felicidad en los entornos que nos rodean, cómo inspirar y dar la mano a quienes en algún momento lo necesitan. Esta visita más que una oportunidad para promover el turismo y el desarrollo económico debe ser mirada como una fecha para el cambio, para plantearnos nuevos propósitos, para innovar como personas, para que nuestra sociedad se inspire en los valores y el legado que deje el Santo Padre.
Ojalá todas las familias colombianas aprovechemos esta semana para reflexionar en el hogar, hacer acuerdos colectivos y darnos un gran abrazo de fe, esperanza y reconciliación
Esta visita más que una oportunidad para promover el turismo y el desarrollo económico debe ser mirada como una fecha para el cambio, para plantearnos nuevos propósitos.
PRINTED AND DISTRIBUTED BY PRESSREADER