LA ESTELA DEL PAPA FRANCISCO EN MEDELLÍN
El tiempo estuvo revuelto, la lluvia tuvo intensa y pertinaz presencia pero el acompañamiento de los antioqueños al Papa Francisco no desfalleció ni un minuto. Los fieles católicos que acudieron a los diversos actos programados, principalmente a la misa en el aeroparque Olaya Herrera, aguardaron horas con alegría para escuchar las palabras del Pontífice. Conforme a los temas que se habían asignado, en esta ciudad el Papa le habló de forma preferente a los hombres de la Iglesia, con mensajes directos y de enorme compromiso con el reto que, como “apóstoles”, tienen con la comunidad cristiana. Recordó que “Jesús enseña que la relación con Dios no puede ser un apego frío a normas y leyes, ni tampoco un cumplimiento de ciertos actos externos que no llevan a un cambio real de vida”. Hizo exhortaciones directas a los sacerdotes y, en general, a los miembros de la curia. Un mensaje constante desde el inicio de su pontificado. Al renovar que la Iglesia “no es nuestra, sino de Dios”, la invita a renovarse y, de ser necesario, a “zarandearse”. En Medellín y Antioquia, por lo menos, los obispos y arzobispos como monseñor Ricardo Tobón son valiosos ejecutores de estas prédicas papales. No sobra anotar de nuevo la admirable fortaleza del Papa Francisco, su espíritu indeclinable de atender con amabilidad a todo aquel que tuvo la oportunidad de saludarlo, aguantando incluso con gracia los tal vez inevitables excesos de algunas autoridades, salidas de un básico protocolo