MUTACIÓN DE LA LECTURA
He escuchado frecuentemente frases como: “Ya los jóvenes no tienen hábito de lectura”, “Los que no leen son ignorantes”, etc. en especial de personas de avanzada edad que bajo la palabra la “experiencia” justifican sus comentarios arremetidos.
Me causan gran curiosidad estas frases porque desde que somos pequeños, estas mismas personas, nos han querido imponer el hábito de la lectura a como dé lugar.
Recuerdo claramente que en mi colegio, era requisito cumplir con un listado de libros por año que serían evaluados con un porcentaje de la clase de lengua castellana, de los cuales hoy en día no recuerdo nada, principalmente, porque nunca nadie me pre- guntó qué me gustaba. Más que incentivarnos a la lectura, era una obligación para cumplir con una nota.
Si bien, la lectura es una de las formas más útiles de adquirir conocimiento, no es la única. Para nosotros, a los que llaman los millennials, existen un sinfín de canales que nos transmiten información, verdadera o falsa, tan variada como el mundo mismo.
Dicen que los colombianos no somos buenos lectores, y sí es cierto comparado con el nivel de consumo de libros de otros países, sin embargo, nadie dice que hoy en día hay malos escritores. Pertenezco a ese grupo de colombianos que leen en promedio dos libros al año, pero ¿Qué hay con los artículos, revistas o documentales? Estos textos de extensión mínima al lado de un libro también lo considero lectura. Creo que los libros, al igual que cualquier producto en el mercado, debe atender a los gustos y necesi- dades de un público y no de la persona que lo elabora.
Sí he leído libros buenos, de mi interés, y resalto la humildad de los escritores que entendieron que su papel es tan difícil como el de un presidente y al mismo tiempo tan popular como el de un zapatero porque al día de hoy somos más los letrados y el fin máximo es llegar con la palabra a muchos seres.
A nombre de los millennials digo: No soy mala lectora, no leo lo que no me interesa
* Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.
Creo que los libros, al igual que cualquier producto en el mercado, deben atender a los gustos y necesidades del público, y no de la persona que lo elabora.