La quebrada Altavista “inunda” de problemas a Belén Malibú
Escombros y basuras dentro del afluente sirven de casa improvisada para habitantes de calle. Hablé con la Alcaldía.
Recientemente recibí la llamada de una señora que me pidió guardar su identidad, para evitarse problemas por la denuncia y me contó sobre una quebrada que pasaba por su casa, donde la inseguridad y la basura se volvieron un tema insoportable.
Para ella, los barrios alrededor de la calle 30, en Belén, se estaban viendo afectados por la basura y los escombros que arrojaban a la quebrada, donde los habitantes de calle aprovechaban para hacer cambuches con esta y, además, consumían drogas.
Aparte de esto, la sola concentración de basura ya generaba problemas con el flujo del cauce cuando llovía.
Tomé mi bicicleta y me fui a recorrer el sitio. Al llegar, me di cuenta que se trataba de la quebrada Altavista, que tiene su origen en el corregimiento del mismo nombre.
Resulta que la quebrada llega a la calle 30 a la altura de la carrera 69b y baja hasta desembocar en el río Medellín. Por ese lugar, para acceder a transporte público, la gente de Belén Malibú debe cruzar o pasar por la quebrada y mi amiga denunciante ya se sentía intranquila al transitar por allí con su familia.
Me comuniqué con la Administración Municipal para preguntar sobre esta situación y me remitieron a la Secretaría de Inclusión Social.
Luis Bernardo Vélez, jefe de ese despacho, me explicó que hay un grupo interdisciplinario conformado entre esa secretaría, trabajadores sociales y educadores, Empresas Varias de Medellín (Emvarias) y la Policía Nacional, que atiende casos como estos.
Los funcionarios reco- rren la ciudad en busca de puntos problemáticos, de donde retiran las basuras e invitan a los habitantes de calle a hacer parte de los programas de Centro Día, que son unos lugares destinados a rehabilitar las personas en situación de calle.
“Se les lleva hasta estos sitios, se les brinda una atención básica de aseo, se les hace un diagnóstico de salud y se mira si las personas quieren avanzar en un proceso de resocialización o si quiere seguir viviendo en la calle”, detalló Vélez.
El secretario Vélez me contó que, a veces, es complicado, porque esta es una población “flotante”, que se mueve por la ciudad, y que no es posible obligarlos a ingresar a los pro- gramas de rehabilitación.
Además, añadió, este grupo no actúa aleatoriamente, sino que hace seguimiento a los posibles lugares donde se están formando asentamientos y trata de intervenirlos en la mayor brevedad posible.
Una vez les conté lo ocurrido con mi amiga denunciante a las personas de Secretaría de Inclusión, acudieron al lugar para atender la situación. ¡Qué bueno! Así de efectivos deben ser siempre.
Espero que mi amiga ahora pueda caminar más tranquila por su barrio y que la quebrada permanezca limpia