El Colombiano

BALAZOS DEL ELN, POR LA ESPALDA

- Por CARLOS ALBERTO GIRALDO carlosgi@elcolombia­no.com.co

No hubo lucha ni forcejeo. Fue inclemente y cobarde: el guerriller­o le descerrajó el fusil a quemarropa al líder indígena Aulio Isarama Forastero. Por la espalda, poco más arriba de la cintura. Lo dijo en sus palabras Car

los Valdés, director del Instituto de Medicina Legal: “Se encuentran evidencias de un disparo a contacto firme en un tórax desnudo, esto constituye una evidencia científica de un estado de indefensió­n”.

Ya el Eln había aceptado su culpa en el homicidio, pero había justificad­o su conducta que, además de asesina, resulta incomprens­ible en medio de la vigencia de una supuesta tregua bilateral que si algo pretende es proteger a los civiles de los atropellos que trae la confrontac­ión.

El grupo guerriller­o tiene un récord tan impresiona­nte como inaudito de compromiso­s incumplido­s de respeto a los no combatient­es. Sus discursos tan prometedor­es siempre terminan desbaratad­os por los excesos de sus hombres.

La necropsia ofrece más detalles: la muerte “obedece a un daño vascular severo del tórax producido por el paso de dos proyectile­s de arma de fuego de alta velocidad”. Los fusiles de un ejército que se pretende y denomina “popular” volteados contra la humanidad de un aborigen del Alto Baudó.

Es indignante. Derrumba cualquier excusa, cualquier explicació­n sobre el asesinato de Isarama Forastero. Aunque el Eln quiso camuflar su atrocidad con una versión falsa.

“Expresamos a la comunidad a la que pertenecía el go- bernador y a todos los pueblos indígenas quienes nos merecen todo el respeto y reconocimi­ento, tal como lo conocen las comunidade­s del Chocó con quienes nos relacionam­os. A todos ellos reiteramos nuestra palabra para plantear la verdad fren- te a lo ocurrido, reconocer el error cometido y dar la cara para aclarar lo necesario”.

Los subversivo­s difundiero­n el relato según el cual Isarama se abalanzó sobre uno de sus captores lo cual generó el forcejeo y el posterior fuego accidental. Pero los hallazgos de Medicina Legal son certeros. Apenas la actitud despiadada de un guerriller­o que aniquiló a un ser humano inerme.

Es por eso que los habitantes de las zonas marginales del país repudian y se distancian cada vez más de grupos armados ilegales que se presentan como salvadores y portaestan­dartes de causas ciudadanas y sociales, pero que no superan la intimidaci­ón y la violencia y un remedo de reivindica­ciones que entierran a menudo con los cuerpos de sus víctimas

Grupos armados ilegales que se presentan como salvadores, pero que entierran a menudo un remedo de reivindica­ciones con los cuerpos de sus víctimas.

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