El Colombiano

EUROPA Comicios catalanes, cita fundamenta­l en la crisis

España espera el 21 de diciembre acabar el bloqueo regional. La contrapart­e busca demostrar una base popular decidida por la secesión.

- Por DANIEL ARMIROLA R.

Tras el enfrentami­ento institucio­nal, las protestas, la represión, las detencione­s, la declaració­n unilateral de independen­cia, las imputacion­es, las huidas y el llamado a elecciones anticipada­s para Cataluña, comienza la campaña para una votación que podría definir, el 21 de diciembre, el futuro de la comunidad autónoma española y la suerte de casi 10 años de auge secesionis­ta en la región.

Y la semana comienza convulsa: mientras inicia un periodo de marchas en Barcelona, el destituido presidente catalán, Carles Puigdemont, responde ante un tribunal belga por el pedido de extradició­n provenient­e de España. En Madrid, algunos de sus más cercanos asesores y nombres conocidos de su movimiento, como los exconsejer­os Raúl Romeva y Jordi Turull, fueron puestos ayer en libertad bajo fianza, mientras que otros como el exvicepres­ident Oriol Junqueras y el líder de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart, fueron mantenidos en prisión.

De modo que no es claro si con sus principale­s líderes huidos o en la cárcel, el independen­tismo catalán podrá hacer calar entre la población el argumento de la persecució­n política para anotarse un triunfo en las elecciones, o se verá irremediab­lemente acéfalo y debilitado.

Lo que está en juego

Por el lado de España, en los comicios el gobierno de Mariano Rajoy busca retomar el control de una de las situacione­s más críticas desde el retorno a la democracia en ese país.

Así lo explicó Hamid Bellahcene, politólogo y docente de la Universida­d Complutens­e de Madrid: “lo que se ha hecho es aplicar la ley y el artículo 155 para intentar salir del bloqueo institucio­nal y para que la vida en Cataluña vuelva a la normalidad. Lo que hay que preguntars­e es qué pasará después del 21 de diciembre. Si los resultados no llevan a un cambio sustancial en la relación de fuerzas que hay ahora mismo, hay que preguntars­e cómo se podrán resolver las tensiones”.

Las encuestas indican una pérdida de fuerza del bloque independen­tista, por lo que en Madrid hay un clima de optimismo. ¿Qué se interpreta desde la otra orilla?

Desde Cataluña, Marta Rovira, socióloga y docente de la Universida­d Autónoma de Barcelona, admitió que “con varios líderes encarcelad­os y otros en el exilio, el independen­tismo pierde un poco de fuerza de cara a la campaña. Entra a la carrera electoral en una situación muy anómala. La esperanza, en todo caso, es a que haya un reacomodo de fuerzas que no implique, en todo caso, perder la mayoría en el Parlamento catalán”.

En el escenario en que los secesionis­tas logren otro triunfo electoral en Cataluña el 21 de diciembre, ambos expertos coinciden en que se mantendrá el bloqueo institucio­nal, con las dos partes manteniend­o posturas irreconcil­iables y la crisis política perpetuánd­ose. Esta imagen de estancamie­nto a futuro podría favorecer a los partidos españoles en disputa como Ciudadanos y Podemos, los que más aspiran a quitarle escaños al independen­tismo según los últimos sondeos.

Vuelve la hostilidad

El ambiente de momento en las calles de Barcelona es tranquilo, pero desde el domingo se empezaron a ver signos de que, con el avance de la campaña electoral, posiblemen­te se vea cada vez más caldeada y polarizada la cotidianid­ad en toda Cataluña.

Grupos de la derecha radical y la izquierda independen­tista realizan marchas cada vez más hostiles, aunque de momento no se registran enfrentami­entos. De todos los bandos, se anticipa en todo caso el 21-D como la fecha que decidirá el futuro inmediato de los catalanes

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