LOS CELULARES SON MARAVILLOSOS… PERO PELIGROSOS
Los teléfonos celulares son unos aparatos extraordinarios que nos ponen en contacto con quienes necesitamos, a cualquier hora del día o de la noche, cosa que con frecuencia suele ser maravilloso. Sin embargo, todo lo que tiene el poder de ser muy útil, tiene también el riesgo de ser peligroso.
Hoy en día hay suficiente evidencia que demuestra que tener un teléfono celular para su uso personal representa un peligro serio para los hijos. Lo cierto del caso es que no hay ninguna razón válida para que nuestros hijos gocen de la prerrogativa de contar con uno de estos aparatos para su uso personal y menos aún que los puedan utilizar mientras deben estar estudiando y prestando atención al profesor.
Se ha comprobado que el uso cotidiano de aparatos digitales, sean tabletas, computadoras, celulares o similares son literalmente adictivos para los niños y los adolescentes. Los adultos pueden mantener sus celulares guardados y utilizarlos cuando tienen una necesidad específica para que lo deban usar. Sin embargo, los jóvenes parece que no pueden dejar de conectarse y de responder a cualquier llamado o mensaje que reciban de cualquier persona y a cualquier hora del día o de la noche. Por esta razón, hay buenos motivos para que ellos no tengan su propio celular para que puedan conversar a cualquier hora del día o de la noche y po- nerse en contacto con cuanto desconocido los aborde.
Además, proveerles a los hijos toda suerte de aparatos digitales es permitir que tengan acceso a ciertas experiencias entretenidas, pero también muchas otras que pueden ser dañinas, peligrosas o destructivas para la formación y la vida íntima de los hijos.
Una de nuestras principales funciones como padres es asegurarnos que los niños crezcan rodeados del bien y en un medio en el que estén protegidos de todo lo que pueda hacerles daño físico, mental o emocional. De esto depende, no solo su suerte, sino también su fe en nosotros como padres, a la vez que en sus capacidades para enfrentar los hechos de la vida con optimismo y la entereza que les garantizará una existencia plena
Se ha comprobado que el uso cotidiano de aparatos digitales, son adictivos para los niños y los adolescentes.