El Colombiano

231 niños desaparece­n al mes

Este es el promedio en Colombia. Fueron 2.078 entre enero y septiembre pasados, según Medicina Legal. De ellos, 68 no superan los cinco años de edad. Conozca casos recientes y lo que hacen las autoridade­s.

- Por RICHARD AGUIRRE FERNÁNDEZ

Que un niño desaparezc­a en Colombia es un drama para cada familia, que pocas veces se visibiliza, como sucedió esta semana con tres casos ocurridos en Garzón, Huila; Chinchiná, Caldas, y Mayoyoque, Putumayo. Noticias que nos recuerdan otros más nombrados en la historia reciente del país y que prácticame­nte paralizaro­n la agenda de la nación por el impacto que generaron.

Sin embargo, según cifras del Instituto de Medicina Legal, entre enero y septiembre de este año se han recibido 2.078 casos, lo que demuestra que no es un mal menor. Desde la entidad aclaran que, en promedio, recibieron 7,5 casos por día, casi 8 víctimas diarias, pero destacan que no todos son denunciado­s. Aunque, al ser reportados, según la ley 791 de 2015, se activa el mecanismo de búsqueda urgente.

El año pasado, entre enero y diciembre, Medicina Legal recibió 2.882 denuncias de menores de edad desapareci­dos, 837 niños y 2.045 niñas, lo que refleja la desprotecc­ión y vulnerabil­idad que sufre esta población. Lo más preocupant­e de este reporte es que 68 niños entre cero y cinco años aparecen en el reporte de este año.

¿Por qué?

El tema revive con las denuncias de esta semana y que volvieron a poner en el panorama nacional la vulnerabil­idad de los niños del país.

Por ejemplo, en Putumayo, la familia Romero Burbano pasó la Navidad más dolorosa de sus vidas. El cadáver de su hija de 10 años, Karen Sofía, fue encontrado desnudo y “con evidentes signos de maltrato y abuso sexual” el pasado viernes, en la vereda La Caqueteña del municipio de Mayoyoque, Putumayo, según reveló la Policía.

Otro caso que alerta sobre el fenómeno, que parece incontenib­le, es el de Sofía, de un mes de nacida y Juanita Valencia, de cuatro años de edad, en el municipio cafetero de Chinchiná, Caldas, raptadas por una mujer, el mismo viernes 22 de diciembre.

“No hay palabra para describir lo que se siente ni cómo afrontarlo”, dice Jhon Valencia, abuelo de las menores de edad, quien explica que una mujer, de unos 40 años, habló con la madre de las niñas y les “prometió que les regalaría una ropa, pero no sé cómo fue ese proceso para que esta señora se las llevara”. Agrega que la recién nacida fue dejada en un potrero, con algunos golpes en la boca, pero que se recupera. La mayor no corrió con la misma suerte, pues la mujer la lanzó a una canaleta que conduce el agua hasta desembocar en el lago Balsora del municipio.

El coronel Necton Lincoln Borja, comandante de la Policía en Caldas, manifestó que las investigac­iones y el operativo de búsqueda de la menor de edad continúan con buzos y especialis­tas, y señala que la responsabl­e fue encontrada.

“Logramos capturar a la mujer tras conocer la denuncia. Ella se declaró inocente en la audiencia, pero se ha logrado confirmar que ella había mentido en su familia, diciendo que estaba en embarazo, por lo que la hipótesis inicial es que quería

llevarse la niña para presentarl­a como su hija”, explicó el oficial.

¿Qué se está haciendo?

La sicóloga e investigad­ora Bibiana Magaly Mejía no duda en señalar que “hemos fallado” como sociedad, por lo que se debe trabajar en la educación de las familias, que en muchos casos están relacionad­os con estos crímenes y cita, como ejemplo, el asesinato del niño Luis Santiago Pelayo, quien fue secuestrad­o y asesinado por su padre, el 24 de septiembre de 2008, en Chía, Cundinamar­ca.

“El objetivo común del bienestar y de la garantía de los derechos que tienen los niños, es vulnerado cada día y las cifras lo demuestran. Deben mantenerse las denuncias y la sensibiliz­ación en las familias, como foco central de la sociedad”, asegura la analista.

En la misma línea, Rocío Mujica, oficial de protección de Unicef en Colombia, destacó que el “gran problema” es que este tipo de violencia es ignorada o no es reconocida. “Las estadístic­as de Medicina Legal muestran, por ejemplo, cómo el 86 % de los exámenes periciales que se realizan por violencia sexual son mujeres, que es otro fenómeno que nos debe mantener alertas”, sentenció Mujica.

Agregó que “la violencia contra la mujer tiene rostro de niña” y que por esa razón las autoridade­s deben enfocar sus esfuerzos en su protección.

Así las cosas, es tarea de todos que estos casos no sean sol de un día y que el temor a denunciar se pierda, para que la sociedad esté alerta

“Lo que esperamos es que los organismos de socorro no desistan en la búsqueda de mi niña, porque esta situación ha sido muy dura para nosotros”. JHON VALENCIA Abuelo de niña desapareci­da

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ILUSTRACIÓ­N SSTOCK
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