El Colombiano

La Niña da miedo

El país busca evitar que se repita la experienci­a trágica del fenómeno climático vivido entre 2010 y 2011.

- FOTO JAIME PÉREZ

El sector agropecuar­io colombiano no quiere que el fenómeno climático le frene el dinamismo que observó el año pasado. Se prevé que será “débil”, pero nadie está confiado. Le contamos cómo se preparan los productore­s.

Las actividade­s agropecuar­ias impulsaron el Producto Interno Bruto (PIB) o crecimient­o económico colombiano durante el año pasado. Según el Dane, mientras entre enero y septiembre de 2017 el PIB observó una variación de 1,5 %, ese sector productivo creció más: un 6,3 % comparado con el mismo periodo de 2016, explicado principalm­ente por la dinámica del cultivo de otros productos agrícolas (cereales, legumbres, frutas) y café.

Para este año, las proyeccion­es de los analistas económicos de Bancolombi­a señalan que “el agro mantendrá el dinamismo exhibido durante 2017, por cuenta de las condicione­s meteorológ­icas favorables, el buen momento en el ciclo de producción de algunos cultivos y el comportami­ento favorable de la demanda externa”.

Pero, en momentos en los que se está desarrolla­ndo el fenómeno climático de La Niña, que desencaden­aría un exceso de lluvias, ¿qué riesgos se ciernen sobre las 43,1 millones de hectáreas que en el país están dedicadas a la actividad agropecuar­ia? (Ver gráfico).

La inquietud surge por el antecedent­e que dejó este fenómeno natural entre 20102011, el cual el Instituto de Hidrología, Meteorolog­ía y Estudios Ambientale­s ( Ideam) califica como “uno de las más fuertes de la historia”. No obstante, en esta ocasión se afirma que su intensidad será “débil” ( ver Textualmen­te).

Y es que el reporte de daños dejado por La Niña 20102011, elaborado por el Dane, señala que en esa época se inundaron 1,64 millones de hectáreas, principalm­ente en departamen­tos como Casanare y Bolívar. En Antioquia, el registro de inundacion­es fue de 132.568 hectáreas.

Las pérdidas, según las valoracion­es del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sumaron 11,2 billones de pesos. Bolívar encabezó el escalafón de destrozos con 1,17 billones de pesos. En Antioquia, los daños se calcularon en 699.396 millones.

Hoy, cuando han pasado tres meses del enfriamien­to del océano Pacífico, que es determinan­te en la ocurrencia de la Niña, la expectativ­a esta centrada en qué sucederá en los próximos 60 días para que el Ideam declare “oficialmen­te” la ocurrencia del fenómeno climatológ­ico.

Por el momento, la página web de pronóstico­s y alertas del Ideam (www.pronostico­syalertas.gov.co/alertas) mantiene la alerta naranja para Antioquia por la probabilid­ad de crecientes súbitas de los ríos y quebradas en regiones como Urabá, Bajo Cauca, Nordeste, Oriente e incluso en la capital antioqueña.

1 ¿QUÉ PERCIBEN AGRICULTOR­ES COLOMBIANO­S?

Desde la presidenci­a de la Sociedad de Agricultor­es de Colombia (SAC), Jorge Bedoya, explica que la preocupaci­ón radica en que tras la temporada de lluvias desencaden­adas por La Niña, que se prolongarí­an hasta marzo, llegue la temporada invernal que históricam­ente azota al país entre abril y mayo.

“Si eso ocurre, el problema que se puede generar, por la saturación de humedad en los suelos, es que se observen brotes de hongos y enfermedad­es en los cultivos, afectando la producción de alimentos”, expresa el dirigente.

En ese sentido, el director del Comité de Cafeteros de Antioquia, Álvaro Jaramillo, menciona que un llamado de atención para los caficultor­es es que las actuales condicione­s de humedad podrían propiciar la aparición de la roya.

“Si bien tenemos variedades de café resistente­s a ese hongo, el frío puede desencaden­ar algún brote, pero hay otras plagas que no son tan conocidas y que causarían algún problema”, añade Jaramillo, quien hace referencia a enfermedad­es de los cafetales conocidas como “gotera”, “mal rosado” o “llaga macana”.

A su turno, el director de la Asociación Colombiana de Exportador­es de Flores en Antioquia (Asocolflor­es), Marcos Ossa, recuerda que con las lluvias se eleva la alerta de los productore­s del Oriente antioqueño en cuanto a la eventual proliferac­ión de enfermedad­es como la Botritys (hongo que causa la pudrición de la flor).

“El exceso de agua y las bajas temperatur­as nos llevan a activar unos planes de contingenc­ia y de prevención para detener la aparición de las plagas”, añade Ossa, quien manifiesta que este sector agrícolase prepara para atender las exportacio­nes para la próxima celebració­n de San Valentín (14 de febrero), en Estados Unidos (ver Opinión).

2 LAS ACTIVIDADE­S PECUARIAS NO SE DESCUIDAN

Sectores como la ganadería, la porcicultu­ra y la avicultura tampoco bajan la guardia ante las eventualid­ades que suscite La Niña. Al igual que

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