Previsión, clave para mitigar desastres
EL COLOMBIANO intentó sin éxito conocer el plan de contingencia elaborado por el Ministerio de Agricultura para afrontar el fenómeno de La Niña, y saber cuánto de los 2,3 billones de pesos asignados por el presupuesto destinará a las eventualidades del fenómeno climático. En contraste, el secretario de Agricultura de Antioquia, Jaime Alberto Garzón, comentó que este departamento sintió los efectos climáticos en 2017 derivados del fenómeno de El Niño, que también desató lluvias, que afectaron 18.995 hectáreas y dejaron pérdidas por 36.539 millones de pesos. “Ahora, con La Niña, la inquietud es que en nuestros campos no hay mucha cultura de prevención y por eso el mensaje es mantener despejados los drenajes para evitar o mitigar el impacto de eventuales inundaciones”, manifestó el funcionario. Por las condiciones geográficas de Antioquia, cada una enfrenta riesgos diferentes. “En el caso de inundaciones, por exceso de lluvias, hay poblaciones sensibles como Apartadó, Murindó y Vigía del Fuerte en Urabá, o Puerto Berrío, Puerto Nare y Yondó en el Magdalena Medio y Nechí y Caucasia en el Bajo Cauca. En cuanto a movimiento de masas (derrumbes) hay mayores riesgos en zonas del Occidente, Suroeste y Norte”, explica Garzón. Pero, ¿qué apoyo le ofrece esta dependencia departamental a un productor afectado por las contingencias climáticas? El secretario reconoce que su función es escalar los reportes hasta el Ministerio Agricultura, para que mediante los organismos de gestión del riesgo se canalicen los recursos para atender las eventualidades derivadas del clima. “Con las autoridades locales asesoramos y apoyamos proyectos agropecuarios nuevos, para impulsar la economía de esos municipios que sufren los rigores del clima”, enfatiza el secretario de Agricultura de Antioquia.