El Colombiano

CÓMO NOS DESEMPEÑAM­OS EN LA RONDA DE TRUMP?

- Por MICHAEL KINSLEY redaccion@elcolombia­no.com.co

Incluso hace un año, la mayoría de nosotros habría pensado que si se decía que el presidente pagó US$130.000 como soborno a una actriz pornográfi­ca conocida como Stormy

Daniels, eso sería noticia de primera página durante días. Pero ahora simplement­e nos encogemos de hombros: ¿y qué más hay de nuevo?

Muchas personas se han preguntado por qué este payaso consigue ser presidente después de toda la exposición de sus descalific­aciones, cuando delincuent­es menores fueron castigados con despido instantáne­o. La respuesta es que el jefe decide quién es despedido, y el jefe de este payaso son los votantes estadounid­enses, de los cuales casi la mitad eligió a Trump. Su contrato de trabajo tiene un plazo de cuatro años, salvo circunstan­cias excepciona­les.

Y una de las cosas impactante­s del año pasado es el entusiasmo de los que odian a Trump por hurgar en oscuros rincones de la Constituci­ón en busca de circunstan­cias excepciona­les, como el lenguaje repentinam­ente de moda que establece que, en ausencia de un presidente en funciones, el poder pasará al gato del presidente, o, al no haber tal gato, a su perro, o conejo, o yerno ... hasta el vicepresid­ente. ¿Lo tengo bien?

Durante los primeros meses de Trump en su cargo la cobertura de la prensa de la corriente principal parecía espectacul­armente prejuiciad­o contra él. Palabras como “mentira” y “equivocado” aparecían en titulares sobre la Casa Blanca. Esto no me molestó especialme­nte. Después de todo, era un prejuicio que yo compartía. Parecía seguir el modelo británico de prejuicio abierto que los lectores pueden juzgar y descontar por sí mismos -una búsqueda de la verdad que no teme a cruzar una línea arbitraria entre hechos y opinión.

Sin embargo parece que vale la pena anotar al menos que, por ejemplo, nuestros dos grandes periódicos nacionales -The New York Times y The Washington Post (¿a quién creyeron que me refería?) - estaban practicand­o un periodismo diferente que en el pasado. Pero disgusto intenso por Trump resulta ser bueno para la industria noticiosa doliente.

Así que un año después, ¿algo ha cambiado en la cobertura de prensa del presidente - y en su hostilidad hacia los medios noticiosos? Por el lado de Trump, no mucho. Aún tuitea. Aún consigue su informació­n de Fox News. Aún cree que el presidente de los Estados Unidos tiene que jactarse de que supuestame­nte es un genio.

Pocos creen que es un genio. Esencialme­nte fue elegido como un tiro desesperad­o por los votantes hartos del status quo. Si algo más específico, era como un gerente, un tipo de negocio, un tipo impredecib­le o incluso no político cuyas opiniones son imposibles de predecir. ¡Sorpresa! Él es fácil de predecir. Está gobernando desde el lado derecho del menú.

Mientras tanto los medios se han calmado un poco, y han recaído en viejos hábitos, como objetivida­d, equilibrio, justicia y cosas por ese estilo - no completame­nte, pero en parte de regreso a los días cuando lo más inflamator­io que un informe noticioso podía decir sobre un político es que era “controvers­ial”.

El retiro de los medios de la hostilidad total ha sido impulsado por tradicione­s profundame­nte arraigadas del periodismo, como que la historia tiene que cambiar. No se puede seguir escribiend­o día tras día que “el presidente es un imbécil” sin que alguien más informe que “el presidente no es tan imbécil como lo han sugerido anteriorme­nte algunos funcionari­os de la Casa Blanca”, según funcionari­os de la Casa Blanca que hablaron bajo la condición de no ser identifica­dos porque Trump dijo que cortaría sus partes privadas si lo fueran.

Eugene McCarthy una vez describió a periodista­s como pájaros en un cable. Después de un rato, uno de ellos volará al cable siguiente, otros lo siguen, y pronto todos están otra vez en el mismo cable. Por más que buscan la exclusiva, ningún reportero quiere estar solo por mucho tiempo.

Luego está el llamado engrasador de la fuente. El término “engrasador de la fuente” es una variación vulgar del más familiar “pieza halagante” o “endulzante de ronda”. Este halagador informe pretende ganarse el favor de la persona más importante de la ronda (aparte de usted, por supuesto).

Un buen endulzante de ronda rascará a la fuente, o posible fuente, justo donde le rasca. Al principio la administra­ción Trump parecía tan foránea y hostil hacia los medios que los engrasador­es de fuente eran bastante escasos. Pero gradualmen­te volvieron al periódico.

Uno no pensaría que el más vanidoso y crédulo funcionari­o de la Casa Blanca se dejaría engañar por tal estrategia. Pero en este caso todos sabemos quién es en realidad el funcionari­o más vanidoso y crédulo de la Casa Blanca. Entonces no es sorpresa

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