¿Fuera de juego?
El Tribunal aseguró que el exmandatario de izquierda se corrompió a favor de Petrobras.
Tribunal de segunda instancia condenó a Luiz Inácio Lula da Silva a 12 años y un mes de prisión por el escándalo de Petrobras. La condena podría alejarlo de las urnas en presidenciales de Brasil.
“La única cosa de la que estoy seguro es que solo el día en que muera pararé de luchar. Que se preparen porque vamos a volver y vamos a transformar este país”, manifestó el expresidente, Luiz Inácio Lula da Silva, mientras denunciaba una conspiración para evitar que vuelva al poder y efectivamente, después de la decisión tomada ayer por el Tribunal Regional Federal N° 4, en segunda instancia, esa opción está cada vez más lejos.
Serán 12 años y un mes de prisión los que deberá pagar el exmandatario por haber recibido el derecho a disfrutar de un lujoso apartamento en la playa de Guarujá como soborno de la constructora OAS por el favorecimiento en contratos con Petrobras, mientras gobernaba el país.
El Tribunal, además de ratificar la condena, aumentó la pena que era de 9 años y seis meses.
Lula tiene aún un recurso de “embargo de declaración” ante el mismo órgano judicial que lo condenó con unanimidad, pero esa medida no tiene el poder de revocar la condena, sólo sirve para explicar y aclarar los términos contenidos en la sentencia, explicó la abogada brasilera, Gabrielle Broch. Después de cumplido ese trámite, Lula puede ser detenido, de todas formas puede acudir a instancias superiores como el Superior Tribunal de Justicia y Supremo Tribunal Federal, aunque ya estaría pagando su condena.
Así las cosas, las opciones de que pueda continuar en la campaña política para llegar por tercera vez a la Presidencia del vecino país, en las elecciones que se realizarán en el mes de octubre, son prácticamente nulas, pero la decisión final estará en manos del Tribunal Superior Electoral.
Pero ese estrado sólo podrá pronunciarse a partir del 15 de agosto, cuando vence el plazo para la inscripción de las candidaturas y, hasta ese momento, Lula podría incluso volcarse a una campaña electoral aún sabiendo del alto riesgo de que sea frustrada.
Sin embargo, Felipe Buitrago, politólogo de la Universidad de Antioquia, explicó que con esta determinación judicial “le llegó la hora de la derecha, esta era la última esperanza que tenía la izquierda”.
De cara a las elecciones
Para el profesor Diego Cediel, internacionalista de la Universidad de la Sabana, es claro que el Partido de los Trabajadores, con el que gobernaron Lula Da Silva y Dilma Rousseff, va a pedir medidas cautelares argumentando que se trata de una persecución política desde los estrados judiciales.
El argumento es creíble en la medida en que ya fue destituida Rousseff y ahora van por quien podría conquistar de nuevo el Palácio do Planalto, ya que es el fa-
vorito en las encuestas, aseguró Cediel.
Pero mientras esas soluciones se dan, el Partido de los Trabajadores explora sus opciones. De acuerdo con Efe, esa colectividad baraja la posibilidad de “preparar desde ahora” una fórmula alternativa para el caso de una impugnación y que incluso pudiera ser encabezada por algún político ajeno al partido.
Entre las posibilidades, aparece Ciro Gomes, quien fue ministro de Hacienda en el Gobierno de Itamar Franco (1992-1995) y ocupó la cartera de Integración Nacional en el primer mandato de Lula.
En esa discusión interna, que se realiza a puertas cerradas y en voz baja, hay otros sectores que defienden una “salida por la izquierda” más radical y proponen la candidatura del activista Guilherme Boulos, líder del Movimiento de Trabajadores Sin Techo, el colectivo social más combativo del país.
Lo que no se sabe es cuáles son en realidad las posibilidades de que Gomes o Boulos derroten a Jaír Bolsonaro, exmilitar de ultraderecha que va de segundo en las encuestas.
“Las empresas han apoyado al candidato de derecha, porque están seguros de que con el cambio se reactivará la economía, de hecho fue evidente que esta semana hubo un récord en la bolsa de Brasil y los mercados están muy contentos con las decisiones”, señaló el profesor Buitrago.
Por lo pronto, Lula tendrá que utilizar los recursos judiciales que le quedan para demorarse un poco más en llegar a la prisión que es, prácticamente, su destino
“Elección sin Lula es fraude”. PARTIDO DE LOS TRABAJADORES