Darles la espalda a las pantallas por un rato, porque hay un libro
Aunque a Guillermo Arriaga lo conocen por el cine, estos días habla de literatura.
Juan Guillermo y Amaruq están en distintas dimensiones, alejados. Solo tienen en común su convivencia con los lobos. El primero es un joven de Ciudad de México que quiere vengar la muerte de sus padres y tiene uno de estos animales como mascota, y el segundo es un aborigen que está obsesionado con cazar uno.
Son los protagonistas de El salvaje, en la que Guillermo Arriaga se aventura a experimentar con el tiempo y el espacio. El escritor detrás de las películas Amores Perros, 21 gramos y Babel, dirigidas por Alejandro González Iñárritu, ahora está más interesado en las novelas en general y en El salvaje en específico, obra que lanzó el año pasado y de la que habló en sus intervenciones en el Hay Festival. Sin embargo, no descarta un nuevo proyecto audiovisual.
Según Arriaga, no hace planes para elaborar sus intrincadas historias y su proceso de escritura es natural.
“No hay claves para una buena historia, lo que tiene que haber de parte del escritor es un compromiso genuino con lo que estás contando, honestidad”, comentó en entrevista con EL COLOMBIANO.
El futuro
A pesar de que la industria y los consumidores parecen estar más interesados en los productos audiovisuales en la actualidad, para los que Arriaga tiene un talento especial, él ha preferido volver al libro. “Tiene una permanencia que no tiene lo audiovisual, y un ritmo diferente. El del libro lo determina la lectura, mientras que en lo audiovi- sual te lo marcan. Para mí lo importante es que ese diálogo que tienes silencioso con el lector sea profundo”, comentó.
Sin embargo, no descarta volver a las pantallas, esta vez en formato serial. El escritor confirmó que ha estado en conversaciones con productores norteamericanos para un proyecto de este tipo, aunque no se declara un seguidor del formato. “Solo me he visto Breaking Bad, Narcos y Dr. House. El trabajo del director colombiano Andy Baiz en Narcos me pareció muy bueno”.
Sus historias seguirán siendo políticas y contemporáneas, así incomoden en los EE. UU., de quienes prefiere no hablar.
“Son temas que han estado en mí desde muy chico. García Márquez dijo que se tardó 24 años en escribir Cien Años de Soledad, cuando lo escuché pensé que estaba “mamando gallo”, pero ya entendí porqué, y es que uno le está dando vueltas y vueltas a las historias hasta que de pronto empiezan a madurar y te sientas a escribirlas”