¿CÓMO MONITOREAR LAS NOTICIAS FALSAS?
La acusación de 13 rusos presentada por Robert Mueller, el abogado especial que está investigando los esfuerzos de Rusia para influir en las elecciones presidenciales de 2016, detalla el funcionamiento secreto de la Agencia de Investigación de Internet, una organización en San Petersburgo, Rusia, que difunde información falsa en línea. Según funcionarios de inteligencia de EE.UU., el Kremlin supervisó esta oscura operación, que hizo uso extensivo de las cuentas en redes socia- les para fomentar el conflicto en los EE.UU. y erosionar la fe pública en su democracia.
Pero la operación del Kremlin dependió de mucho más que sus propios secretos. También se benefició de los secretos de las plataformas de las redes sociales como Facebook y Twitter. Sus algoritmos para sistemáticamente dirigir cierta información hacia ciertos usuarios están fuera del alcance del público, y la salida de estos algoritmos es casi imposible de controlar. Los algoritmos generan millones de lo que equivalen a decisiones editoriales, generando contenido sin que nadie entienda lo que está sucediendo.
Las decisiones editoriales de un periódico o programa de noticias de televisión son inmediatamente aparentes (artículos publicados, segmentos transmitidos) y por lo tanto pueden ser analizados fácilmente en cuanto a su inclinación y efecto. En contraste, las decisiones editoriales de los algoritmos de los medios sociales son opacos y lentos para ser descubiertos - incluso para quienes manejan las plataformas. Puede tomarse días o hasta semanas antes de que alguien descubra lo que ha sido divulgado por el software de las redes sociales. La investigación de Mueller destaca la actividad encubierta del Kremlin, pero no hay un esfuerzo similar para destacar los algoritmos de las redes sociales que ayudaron a los rusos a difundir sus mensajes. Tiene que haberlo. Este esfuerzo debe comenzar por “abrir” los resultados de los algoritmos.
En lenguaje de computadora, esta “apertura” implicaría algo llamado interfaz de programación de aplicaciones abiertas. Esta es una técnica de software común que permite que diferentes programas trabajen entre ellos. Por ejemplo, Uber utiliza la interfaz de programación de aplicaciones abiertas de Google Maps para obtener información sobre el punto de recogida y el destino de un pasajero.
No es el algoritmo propio de Uber, sino el interfaz de programación de aplicaciones abiertas de Google, el que hace posible que Uber construya sus propios algoritmos para sus funciones. El gobierno debería requerir que las plataformas de redes como Facebook y Twitter usen un interfaz de programación de aplicación abierta similar. Esto haría posible que terceros construyan software para monitorear e informar sobre los efectos de los algoritmos de las redes sociales. Esta idea ha sido propuesta por
Wael Ghonim, el egipcio servidor de Google que ayudó a organizar la revolución en la plaza Tahrir de 2011. Para ser claros, la propuesta no es obligar a las empresas a destapar sus algoritmos -solo los resultados de los algoritmos. La meta es hacer posible comprender qué contenido alimenta a los algoritmos y cómo los algoritmos distribuyen ese contenido. ¿Quién creó la información o el aviso? ¿Y a qué usuarios fue dirigido?
Por mucho tiempo los grupos de vigilancia de los medios han podido evaluar los resulta- dos de las decisiones editoriales de los periódicos y la televisión. Ya sea que esas historias expresen la izquierda, la derecha o el centro del espectro político, están abiertamente disponibles para las organizaciones independientes que desean comprender lo que se está comunicando.
Extender esa práctica a los medios sociales significaría que un grupo de vigilancia podría crear software para analizar y hacer pública cualquier información de las plataformas que considere importante: la demografía de los lectores de cierto artículo, por ejemplo, o si una historia falsa aún fue divulgada incluso después de ser desmentida.
Después de la acusación Mueller, Twitter dijo que las empresas de tecnología “no pueden derrotar esta amenaza compartida ellas solas” refiriéndose a esfuerzos como la campaña de desinformación rusa. Una forma efectiva de compartir información serían interfaces de programación de aplicaciones abiertas ordenadas legalmente para las plataformas de redes sociales. Ayudarían al público a identificar lo que está siendo divulgado por algoritmos de medios sociales, y en consecuencia a proteger nuestra democracia
Un grupo de vigilancia podría crear software para hacer pública información de plataformas, como si una historia falsa fue divulgada incluso después de ser desmentida.