ES UNA DESGRACIA: UN PAÍS AFECTADO, EN SU CONJUNTO, POR LA CORRUPCIÓN
Es una desgracia que estemos calificados de esa manera, pero infortunadamente es cierto. Somos un país en el que se ha impuesto el todo vale y en el que todo el mundo trata de medrar alrededor de los recursos del Estado. Se hace desde la política, desde la empresa privada y desde la delincuencia organizada.
Es una circunstancia que se une a otros factores de corrupción: la violencia misma es un acto de corrupción o lo referido a los actos de los famosos clanes de la cocaína. Es una desgracia.
¿Por qué seguimos cayendo puestos en ese ranquin? Pues porque no se han tomado medidas de fondo, que tie- nen que ver con las autoridades de control, las judiciales y la ética. Se perdió toda formación ética y cívica de la ciudadanía, desde los primeros momentos, desde la infancia. El ejemplo que tienen los niños es deplorable: de asesinatos, de atracos y de desafueros gigantes como los del último tiempo con Odebrecht y Refi- car, y toda esa chanchullería iniciada desde la capital.
Los partidos son entidades neutras, los que delinquen son algunos miembros corruptos, como los hay en la empresa privada. La adjudicación de contratos al final beneficia a particulares. Es que tenemos un país afectado, en su conjunto, por la corrupción