EL CICR HOY TIENE LA RAZÓN: NO SE PUEDE HABLAR DE POSCONFLICTO
Hace dos años decía que la firma del Acuerdo con las Farc era apenas el inicio del fin del conflicto armado en Colombia. El país desde el año pasado está en una reactivación de la guerra interna, en una fase otra vez expansiva. Desde entonces, temía que las bandas criminales ocuparan los espacios que dejaran las Farc.
Al Estado a nivel nacional, departamental y municipal le ha faltado una estrategia de seguridad. Por eso, con posterioridad al acuerdo no se puede hablar de posconflicto, porque la confrontación se está volviendo a intensificar. Hay que darle la razón hoy al CICR, en particular por un Eln reactivado en Antioquia y unos grupos gaitanistas y disidencias de las Farc en disputa.
El acuerdo con las Farc no se ha implementado de manera adecuada y carece del respaldo necesario. La consecuencia: un conflicto agudizado, muy inquietante.
Hace rato no se presentaban desplazamientos en el Norte y Nordeste antioque- ños, masacres como las de estas semanas, el incremento de los cultivos ilícitos y la minería ilegal en el Nudo de Paramillo. Toda la frontera con Chocó y la Serranía de San Lucas está caliente. Y continúa el conflicto a nivel urbano, en Medellín, con extorsiones y fronteras invisibles, además de los homicidios en alza