“Hay acciones inmediatas que la petrolera está ejecutando, necesarias para evitar que los enormes daños se sigan produciendo. Además ministerios de Ambiente, Minas y Anla deben asumir responsabilidades”.
Hay acciones inmediatas que la petrolera está ejecutando, necesarias para evitar que los enormes daños se sigan produciendo. Además ministerios de Ambiente, Minas y Anla deben asumir responsabilidades.
Son muy graves los daños generados por la emanación de crudo y fluidos del Pozo de Ecopetrol en Lizama, Barrancabermeja. Daños ambientales, por supuesto, pero también de otra naturaleza, con afectación directa a cientos de familias, miles de animales y especies de vegetales.
Durante años, el país ha sufrido las consecuencias ecológicas, económicas, sociales y jurídicas de los incontables actos terroristas perpetrados por las guerrillas contra los oleoductos, con incendios y derrame de combustible. Ríos, quebradas, múltiples fuentes de agua contaminadas, hectáreas enteras inutilizadas para siembras y cultivos. El responsable jurídico termina siendo el Estado, en virtud de las condenas que le imponen las altas cortes, en particular el Consejo de Estado. Es inolvidable el atentado de las Farc que dejó a Tumaco en crisis.
La situación de ahora, en cambio, deriva de una causa que está aún por determinar. El presidente de Ecopetrol dijo ayer que la petrolera estatal tuvo conocimiento del afloramiento de crudo el pasado 2 de marzo, es decir, hace 25 días. Que las fuertes lluvias agravaron el problema. Y que entre los días 12 y 15 de marzo se produjo el rebosamiento y el efecto de caer en las fuentes de agua, que al final fueron a dar hasta el río Sogamoso. La cifra que entrega Ecopetrol es de 550 barriles de petróleo vertidos a la superficie, y varios miles -las cifras aún no se cuantifican con exactitud- de fluidos. Aún hay emanación, pero los técnicos de Ecopetrol dicen que la están conteniendo en el sitio mismo de salida. Desafortunadamente las organizaciones ambientales expresan que el derrame se abre hasta los 30 kilómetros.
Son muchos días ya. Ecopetrol ha sido una empresa seria y sus explicaciones han ido saliendo a medida que se conoce más sobre la crisis. Las reacciones más duras han sido las del propio Gobierno Nacional, en particular del ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, quien no solo ha exigido respuestas y explicaciones, sino que ha hecho acusaciones directas, la más delicada, que Ecopetrol no tenía actualizado el plan de contingencia para emergencias. Por eso solicitó a la Agencia Nacional de Licencias Ambientales ( Anla) proceder a sancionarla. Sin embargo hay quienes también cuestionan el actuar coyuntural del ministro y la responsabilidad de la Anla.
Por lo pronto, el propio presidente de Ecopetrol ha visitado la zona para buscar la solución inmediata a la crisis ecológica y la atención a los afectados. Los directivos han expresado énfasis ayer en los tres ejes de acción prioritaria: cerrar el pozo y evitar que el crudo siga siendo producido; detener en lo posible que el crudo siga llegando a las fuentes de agua; y continuar con el trabajo de recolección, mitigación y “remediación”, proceso que, anuncian desde ya, puede durar “algunos meses”.
Aparte de estas acciones, necesarias y obligadas, queda el compromiso de Ecopetrol de prestar toda la colaboración para las inspecciones técnicas que determinen las causas del desastre para que se aclare la situación, se definan responsabilidades y sanciones y, ante todo, se puedan prevenir situaciones como esta en el futuro